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El papa Francisco no Francisco I

bohechiodigital@gmail.com--13 de marzo 2013----Ciudad del Vaticano, el papa argentino Jorge Mario Bergoglio ha adoptado el nombre de Francisco, como figura en la página oficial del Vaticano, informó el portavoz del Vaticano, el jesuita Federico Lombardi 

El pontífice Francisco no lleva el número I ya que no existe un papa Francisco número II, dijo. Si en algún momento hay un papa Francisco II o Francisco III o sucesivamente, entonces pasaría en la historia como Francisco I.

 Lo mismo ocurrió con el papa Juan Pablo, quien cuando fue sucedido por Juan Pablo II, pasó a ser llamado Juan Pablo I, explicó. El cardenal estadounidense Timothy Dolan aseguró hoy que nuevo pontífice adoptó el nombre de Francisco en honor a San Francisco de Asís por "su sencillez y su dedicación a los pobres", según la agencia española .
El argentino Jorge Bergoglio de 76 años, elegido este miércoles para suceder al papa Benedicto XVI, es un jesuita austero, de tendencia moderada, que lleva una vida discreta y cultiva el bajo perfil.
Su designación para ocupar el sillón de San Pedro es la primera de un americano para dirigir la Iglesia Católica que jamás estuvo a cargo de un representante de la Compañía de Jesús.
Arzobispo de Buenos Aires y primado de Argentina, este hombre tímido y de pocas palabras goza de un gran prestigio entre sus seguidores que aprecian su total disponibilidad y su forma de vida, alejada de toda ostentación.
Bergoglio nació el 17 de diciembre de 1936 en el seno de una familia modesta de la capital argentina, hijo de un trabajador ferroviario de origen piamontés y una ama de casa.
Asistió a la escuela pública, de donde egresó como técnico químico y a los 22 años se unió a la Compañía de Jesús, donde obtuvo una licenciatura en Filosofía.
Tras incursionar en la enseñanza privada, comenzó sus estudios de Teología y se ordenó como sacerdote en 1969.
A los 36 años fue designado responsable nacional de los jesuitas argentinos, cargo que desempeñó durante seis años.
Fue en los años difíciles de la dictadura argentina (1976-83) cuando Bergoglio debió mantener a toda costa la unidad del movimiento jesuita, taladrado por la Teología de la Liberación bajo la consigna de “mantener la no politización de la Compañía de Jesús”, según su portavoz Guillermo Marcó.
Luego, viajó a Alemania para obtener su doctorado y a su regreso retomó la actividad pastoral como simple sacerdote de provincia en la ciudad de Mendoza (1.100 kilómetros al oeste de Buenos Aires).
En mayo de 1992, Juan Pablo II lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires y comenzó a escalar rápidamente en la jerarquía católica de la capital: fue vicario episcopal en julio de ese año, vicario general en 1993 y arzobispo coadjutor con derecho de sucesión en 1998.
Se convirtió luego en el primer jesuita primado de Argentina y, en febrero de 2001, vistió finalmente el púrpura de cardenal.
Según la prensa argentina, Bergoglio figuró entre los más votados en el cónclave de 2005, que eligió a Joseph Ratzinger como sucesor de Juan Pablo II.
El Arzobispo goza de general prestigio por sus dotes intelectuales y dentro del Episcopado argentino es considerado un moderado, a mitad de camino entre los prelados más conservadores y la minoría “progresista”.
En un país de mayoría católica, se opuso tenazmente en 2010 a la aprobación de la ley que consagró el matrimonio homosexual, la primera en América latina.
“No seamos ingenuos: no se trata de una simple lucha política; es la pretensión destructiva al plan de Dios”, dijo Bergoglio poco antes de la sanción de la norma.
También se opuso a una más reciente ley de identidad de género que autorizó a travestis y transexuales a registrar sus datos con el sexo elegido.
Estas dos iniciativas enfriaron las relaciones entre la Iglesia argentina y la presidenta Cristina Fernández, aunque la mandataria, que se declara creyente, es contraria a la legalización del aborto.
Pese a su meteórica carrera en la jerarquía católica, sigue siendo un hombre “muy humilde”. Su rutina comienza a las 4 y media de la mañana y termina a las 21:00 horas.
Es un gran lector de los escritores argentinos Jorge Luis Borges y Leopoldo Marechal y del ruso Fiodor Dostoievsky, amante de la ópera y fanático del club de fútbol San Lorenzo, curiosamente fundado por un sacerdote.
Currículo eclesial
Fue a la escuela pública. Estudió para ser técnico químico y trabajó en laboratorios hasta que a los 21 años, en 1957, decidió entrar al seminario jesuita.
Estudió humanidades en Chile y en 1960, de regreso a Buenos Aires, obtuvo la licenciatura en Filosofía en el Colegio Máximo San José, de los jesuitas.
Entre 1964 y 1966 fue profesor de Literatura y Psicología primero en un colegio de la ciudad de Santa Fe y después en otro de Buenos Aires.
De 1967 a 1970 cursó Teología en el Colegio Máximo y se graduó de licenciado.
En 1969, a los 33 años, fue ordenado sacerdote, a los 33 años. Y con solo 37 años llegó a ser el jefe de los jesuitas de su país. En 1992 fue ordenado obispo auxiliar de Buenos Aires. En 2001 Juan Pablo II lo nombró cardenal.
Fue presidente de la Confederación Episcopal Argentina, donde vivió un período de enfrentamiento con los Kirchner, que lo veían como un opositor político que no reconocía la reducción de la pobreza lograda durante sus años de gobierno.
Cuando el nuevo Papa, al que se lo podía ver celebrando misas con pepenadores, dejó la presidencia de la Confederación Episcopal Argentina en 2011, en el kirchnerismo respiraron tranquilos. No se imaginaban que acabaría como sucesor de San Pedro.