Estados Unidos.-Este martes pasará a la historia por ser el día en el que Estados Unidos eligió a su presidente número 50.
Entre Kamala Harris y Donald Trump, enfrentados desde hace semanas en una contienda de millones de dólares, se definirá el próximo mandatario, pero a la Casa Blanca no necesariamente llegará el que más votos populares sume.
Casi tan importante como la selección del próximo presidente serán los votos para definir a los 435 miembros de la Cámara de Representantes y 34 de los 100 senadores que componen el Congreso.
Ellos también serán elegidos este martes durante los comicios, cuyo mayor atractivo en las últimas semanas ha estado en saber lo que ocurrirá en los Estados Indecisos.
Pero, ¿por qué el presidente de Estados Unidos, a diferencia de otros países, no necesariamente es la persona más votada popularmente?
La razón es que en el país norteamericano existe el Colegio Electoral.
El Colegio Electoral
El modelo norteamericano es uno de elección indirecta, donde el voto popular permite tener un balance sobre quién es el candidato preferido de la población, pero que no por esta razón debe tomar las riendas del país.
En ese sentido, quien sí elige al mandatario es el Colegio Electoral, un conglomerado de 538 personas que se dividen según cada uno de los 50 estados.
La medida es la cantidad de población residente en cada uno de los estados norteamericanos, de acuerdo con un censo llevado a cabo antes de las elecciones.
¿Qué ocurre si hay un empate en los comicios presidenciales?
En el sistema electoral, el presidente se elige mediante el Colegio Electoral, que distribuye 538 votos entre los estados y el Distrito de Columbia.
Para ganar la presidencia, un candidato necesita obtener al menos 270 votos electorales.
Sin embargo, si ambos candidatos logran solo 269 votos, se produce un empate, lo que desencadena un procedimiento de desempate en el Congreso de Estados Unidos.
Este procedimiento rara vez se activa, pero está claramente definido en la Constitución y asigna roles específicos a la Cámara de Representantes y el Senado.
La composición de las delegaciones estatales en la Cámara es determinante en un escenario de empate.
Si la mayoría de las delegaciones estatales están controladas por un partido en particular, es probable que ese partido logre elegir a su candidato como presidente.
Sin embargo, en estados donde las delegaciones están divididas entre demócratas y republicanos, la votación podría complicarse y requerir negociaciones para decidir el voto del estado.