Nueva York.-El nuevo impuesto de congestión aprobado por el Estado, que busca cobrar un nuevo peaje a los conductores que transiten abajo de la calle 60 en Manhattan, se ha convertido en “una papa caliente”. Y meses después de que la Gobernadora, Kathy Hochul, frenara su implementación, pautado inicialmente en $15 para la mayoría de los automotores, la mandataria dio vía libre al costo de rodamiento, que empezará a cobrarse a partir de enero del próximo año.
Se espera que el nuevo impuesto recaude cerca de $15,000 anuales para obras de la MTA.
La tarifa se redujo en 40% y ahora será de $9 dólares para vehículos de pasajeros con un solo pago diario, $4.50 para motos, $14.40 para camiones pequeños y autobuses que no sean de pasajeros y $21.60 para camiones grandes y autobuses turísticos.
Asimismo, la nueva normativa ofrece créditos reducidos para cruzar túneles y descuentos nocturnos del 75%. Los taxis y limusinas negras pagarán $0,75, y los vehículos de alquiler de apps como Uber $1,50.
“Como dije desde el principio, un peaje de $15 era demasiado alto en este clima económico.
Es por eso que nuestro plan reduce el peaje diurno a $9 para los automóviles”, aseguró la mandataria, quien advirtió que la reducción en los costos para los automóviles ahorrará a los conductores hasta $1,500 al año.
“Al poner en marcha la tarifa por congestión y apoyar plenamente el plan capital de la MTA, desatascaremos nuestras calles, reduciremos la contaminación y ofreceremos un mejor transporte público para millones de neoyorquinos”.
El presidente y director ejecutivo de la MTA, Janno Lieber, aplaudió en destrabe de “la tarifa de congestion” y destacó que además de tener un impacto en la calidad del aire, también ayudará a descongestionar las vías de Manhattan y recaudar fondos urgente para seguir adelante con obras que estaban en el aire.
“Los neoyorquinos merecen un aire más limpio, calles más seguras y ambulancias que puedan llegar a ellos sin congestiones, y la gobernadora está dando un paso adelante para ellos y para los pasajeros que necesitan trenes y autobuses para llegar a donde tienen que ir, tal como lo hizo con el presupuesto en 2023″, dijo el funcionario de transporte.
“Ahora lo estamos viendo de nuevo, un gran hito para 6.5 millones de viajeros. Queremos brindar un servicio más frecuente y confiable, a todos nuestros clientes, tal como lo hemos hecho en las líneas 7 y L, donde ya se han completado las mejoras”.
Marie Therese Dominguez, comisionada del Departamento de Transporte del Estado de Nueva York, se sumó al mensaje de optimismo y mencionó que ayudará a tener una ciudad menos congestionada, con aire más limpio y calles más seguras.
Fuente: eldiariony.com