San Juan de la Maguana.-Con el cultivo del tabaco cambia la matriz productiva de las provincias San Juan, Elías Piña y Azua, al pasar de las siembras de granos tradicionales a la de un producto de alto valor comercial que puede generar riqueza en cada uno de sus estadios de encadenamiento productivo: producción, transformación y exportación.
El tabaco es uno de los proyectos que ejecuta el Plan de Desarrollo y Económico de San Juan (Plan San Juan), a cargo del ingeniero agrónomo Luis Bonilla, quien dice que cambian el de andullo, “que no valía nada” por un tabaco con vocación de generación de mayores beneficios para los agricultores.
Indicó que todo el financiamiento del tabaco y de otros cultivos y proyectos en el valle de San Juan y otras provincias lo otorga el Banco Agrícola, en coordinación con el Plan.
Dijo que el Plan administrativamente recibe los fondos operacionales para mantener una estructura que maneje y dirija la parte técnica y operativa, de manera tal que asegure el éxito de los proyectos, como quiere el presidente Luis Abinader.
Siembra y financiamiento.
El año pasado se sembraron 3 mil tareas y en este año se están sembrando otras 8 mil tareas de tabaco, en las que están involucradas algunas de las principales compañías productoras y procesadoras de tabaco del país.
El costo aproximado por tarea de ese cultivo es de RD$40,000, divididas en parte agrícola y de procesamiento (casa de curado).
Las principales variedades sembradas son Borojo, Abana 2 mil, Kentoky, Pensilvania, T13 y Criollo 98, que son las demandadas por las compañías, expresó Bonilla.
Agregó que todo el financiamiento de cultivos y proyectos en el valle, como parte del Plan San Juan, depende del Banco Agrícola.
La estructura técnico-administrativa es la responsable de apoyar a los productores en el mercadeo del producto final ya elaborado, como se ha estado haciendo.
Con los técnicos del proyecto se eligen los productores, de acuerdo a las normas del banco que comprueba si todo está correcto para los desembolsos.
Una vez producidas las plántulas se llevan al campo que ha sido cuidadosamente preparado de acuerdo a los estándares y una vez cosechado el tabaco se lleva a casas de curado, donde se dan las condiciones para que la variedad adquiera las características propias y no se pierdan las cualidades organolépticas y fenotípicas, de manera que tengan una buena presentación y que conserven el sabor, olor, cremosidad y la forma de quemar que debe tener una variedad de tabaco.
Una vez sale de la casa de curado, el tabaco es llevado a almacenes con temperatura y humedad controlada, para que se produzca el proceso de fermentación natural y controlado con introja para ser manejado por especialistas que saben como voltearlo controlando la humedad y calor para que el proceso de añejamiento se dé, de la mejor manera posible, así termina el proceso para los productores y se le entrega a las compañías que terminan el despalillado y procesamiento.
Tecnología del proyecto.
El tabaco se produce aquí con una tecnología de última generación y está al nivel de los más avanzados del mundo. Hay invernaderos para la producción de las plántulas que se colocan en bandejas sobre mesas y con riego por goteo automatizado.
Las bandejas son llenadas con un sustrato inerte, inocuo, asegurando que las plántulas y las semillas establecidas en ellas no se contaminen y no tengan problemas con enfermedades futuras.
Al no tocar el suelo, las bandejas asegura la calidad e inocuidad de las plantas.
Hay dos germinadores de plántulas de 5 mil metros cuadrados cada uno.
Cuando las plantas crecen de 4 a 5 pulgadas en promedio, se podan para que engorden los tallos y tengan mejor desarrollo al sembrarlas en el campo.
En cada germinador de plántulas hay un personal entrenado para las labores: siembra, riego, fumigación y podas.
Escuela entrenamientos
Algo novedoso y que tiene que ver con la producción tabaquera en la zona, es la Escuela de Entrenamientos que es obvio que primero se pasa por esa escuela, luego por los invernaderos para la producción de plántulas, después la cosecha, la casa de curado y los almacenes de fermentación y de control de calidad.
Son la base para el desarrollo de la cultura tabacalera en el valle de San Juan, Elías Piña y parte de Azua, precisa Bonilla.
Todos los productores interesados en participar en el proyecto de siembra de tabaco tienen que ir a la Escuela de Entrenamientos del Plan San Juan, a agotar el proceso de duración de una cosecha, que es de 75 a 80 días, en la finca.
Allí tienen que participar en todas las labores de producción de una cosecha, desde la germinación de las semillas en los germinadores hasta el curado del tabaco. La finca de entrenamientos tiene 35 tareas.
Los agricultores que participan tienen que hacer las labores de siembras, limpieza, aporques, riego, y para entrenarse en el curado deben durar de 40 a 45 días.
Zona franca agroindustrial
Ya tenemos construidas dos naves para la fabricación de cigarros de alta calidad.
Ahí se instalarán varias empresas que fabricarán los puros para exportación.
Están esperando que se instalen las fábricas de los cigarros y que el personal que va trabajar allí esté debidamente entrenado para comenzar sus labores.
En el proyecto del cultivo de tabaco del Plan San Juan, Luis Bonilla es asistido por Ramón Holguín, encargado del Plan Tabaco, y John Marcos Wimot. También tiene a Juan Rodríguez, coordinador del Plan.
Por Evaristo Rubens