La Organización Mundial de la Salud (OMS) define salud mental como: “Un estado de bienestar en el cual el individuo es consciente de sus propias capacidades, puede afrontar las tensiones normales de la vida, puede trabajar de forma productiva y fructífera y es capaz de hacer una contribución a su comunidad”.
Consejos de los psicólogos para implicarnos en la salud mental
Ante este panorama, cada persona puede contribuir a mejorar la salud mental propia y de su ámbito.
¿Cómo?
Entorno familiar:
Habla con los miembros de tu familia, amigos y comunidad sobre la importancia de la salud mental.
La sensibilización y la información son claves para eliminar el estigma.
Autocuidado: No olvides cuidar de tu propia salud mental. Dedica tiempo a actividades que te hagan sentir bien contigo mismo.
Apoyo: Si alguien que conoces está pasando por un momento difícil, escucha sin juzgar y ofrece tu apoyo. A veces, simplemente estar allí puede marcar la diferencia.
Establecer metas realistas: No seas demasiado exigente contigo mismo, y celebra tus logros, por pequeños que sean.
Estilo de vida saludable:
La actividad física, una dieta equilibrada y las relaciones sociales pueden mejorar nuestro estado de ánimo, necesitamos cuidarnos de forma integral para mejorar nuestra salud mental.
¿Cuándo pedir ayuda a un profesional de la Psicología?
“Pedir ayuda a una psicóloga o psicólogo colegiado no es signo de debilidad, sino un acto valiente de cuidado personal y bienestar”, subraya el informe que cita algunas señales y situaciones que nos ayuden a ello:
Síntomas persistentes:
Si experimentas síntomas emocionales, pensamientos o conductas de malestar que persisten durante un período prolongado y afectan tu calidad de vida, como ansiedad, depresión, miedo constante, pensamientos obsesivos, entre otros.
Consumo de sustancias:
Si estás luchando con el abuso de alcohol, drogas u otras sustancias, o si sospechas que podrías tener un problema de adicción.
Cambio en el estado de ánimo:
Si observas un cambio notable en tu comportamiento que interfiere con tus relaciones, trabajo, estudios u otras áreas importantes de tu vida.
Pensamientos suicidas o autolesiones: Si tienes pensamientos de autolesiones o suicidio, es crucial buscar ayuda de inmediato.
Puedes llamar a alguno de los recursos que aparecen en “recursos de ayuda”, o acudir a un profesional de la Psicología.
Dificultades interpersonales:
Si tienes problemas recurrentes en tus relaciones personales, como conflictos constantes, dificultades para establecer vínculos o problemas de comunicación.
Estrés incontrolable:
Si sientes que el estrés es abrumador y no puedes manejarlo por ti mismo, especialmente si afecta tu salud física o mental.
Trauma, pérdida o duelo sin elaborar:
Si has experimentado un trauma significativo o has sufrido una pérdida importante, como la pérdida de un ser querido o un evento traumático, y tienes dificultades para sobrellevarlo.
Detección de cambios en la alimentación, sueño, o en el rendimiento académico o laboral: Si notas un descenso en tu rendimiento en la escuela o en el trabajo, o si te resulta difícil concentrarte y mantener la productividad.
Necesidad de crecimiento personal:
A veces, las personas buscan la atención de un psicólogo o psicóloga no porque tengan un problema grave, sino porque desean crecer, mejorar su autoestima, desarrollar habilidades de afrontamiento o aprender a manejar el estrés de manera más efectiva
La salud mental en cifras
Según datos de la OMS, 1 de cada 4 personas tiene, ha tenido y tendrá algún problema de salud mental y será la principal causa de discapacidad en el mundo en 2023.
En España más de dos millones de españoles han sufrido depresión y alrededor de 4 millones padecen trastornos de ansiedad y el consumo de ansiolíticos encabeza el ranking en Europa: más de 2,5 millones de personas consumen psicofármacos a diario.
El 50 % de los problemas de salud mental en adultos comienza antes de los 14 años y el 75 % antes de los 18, cita el informe de los psicólogos del Colegio Oficial de Madrid.