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Conozca la historia de Las Matas de Farfán


Por Teófilo Lappot Robles
El municipio Las Matas de Farfán pertenece a la provincia San Juan. Según las estadísticas que arrojó el censo de población y vivienda del año 2010 tenía cerca de 45 mil habitantes. 670 kilómetros integran su territorio. Varias versiones no desmentidas pautan sus inicios en el año 1779, con moradores de la zona que se fueron estableciendo en un lugar llamado Las Matas. 

Era para esa lejana fecha dependencia de lo que se denominaba el partido de Azua y lo siguió siendo durante mucho tiempo. Con motivo de la Independencia Nacional Azua fue una de las cinco provincias germinales de la República Dominicana, y su territorio abarcaba gran parte del sur dominicano desde la ribera occidental del río Ocoa hasta los límites fronterizos con Haití.
 

Es por eso que mediante la Ley No.40, promulgada el 9 de junio de 1845 al ser declara Las Matas de Farfán como una común se mantuvo como parte de aquella gran provincia. 

Las Matas de Farfán fue el centro de las operaciones independentistas y restauradoras, en la zona del suroeste dominicano donde está enclavada. 

También se convirtió en campo de batalla entre los hombres y mujeres que se enfrentaban a gobiernos dirigidos por cleptómanos, entreguistas y cercenadores de las libertades públicas. Tanto en los enfrentamientos contra invasores extranjeros como en las luchas internas, el pueblo de Las Matas de Farfán siempre ha estado presente ofreciendo grandes cuotas de sacrificios, tal y como se confirma al analizar los hechos ocurridos en su territorio. 

Los haitianos quemaron y saquearon esa heroica población más de una vez. Uno de los incendios más voraces que sufrió Las Matas de Farfán fue el 24 de abril de 1849: "Las tropas de Soulouque, en vista de la proximidad del ejército dominicano, abandonan e incendian la ciudad de Azua, así como los pueblos de Neiba, San Juan y Las Matas.


"1 La pira derrotista de los intrusos haitianos nunca logró doblegar el espíritu combativo de los habitantes de Las Matas de Farfán, por eso esa comunidad siempre resurgió de sus cenizas, cual ave fénix. 

Fue allí que el general José María Cabral fijó su cuartel general para enfrentarse al desgobierno de los Seis Años de Buenaventura Báez. 

Las Matas de Farfán, es el municipio más grande del país que no es capital de una provincia. Tiene dos distritos municipales, más de 15 secciones, y sobrepasan de 150 sus parajes. 

Tal vez por eso y otros motivos los materos cada cierto tiempo enarbolan la consigna (que se ha ido transmitiendo en cadenas de generaciones) de que Las Matas de Farfán debe convertirse en provincia y hasta le han escogido nombre: Santa Lucía. 


Las matas de Farfán eran tamarindos 
Un ilustre matero, el licenciado César Augusto Canó Fortuna, nacido comenzando el siglo XX en esa hermosa tierra del suroeste dominicano, el día 11 de noviembre de 1901, y fallecido en Santo Domingo el 3 de noviembre de 1993, con 92 años y aún trabajando, poseedor de una hoja de vida cargada de dignidad e integridad, dotado de una personalidad polifacética que le permitió ser agrónomo, sociólogo, economista, escritor, historiador y el primer contador público autorizado que tuvo el país, escribió una obra sobre la historia de Las Matas de Farfán en la cual describe con gran propiedad que un español de nombre Bartolomé Farfán frecuentaba lo que entonces era un caserío con unos cuantos moradores. 

Farfán, que acumuló allí grandes extensiones de tierra, llegaba procedente de la hoy provincia Santiago Rodríguez (en misión ordenada por el gobernador colonial Antonio de Osorio para contabilizar reses, equinos y demás ganados de la zona). En esa tarea solía descansar debajo de unas matas de tamarindo. 

Relata el honorable Canó Fortuna que "luego con el tiempo los viajantes de distintas partes del país solían descansar en sus andanzas en dichos terrenos, al preguntárseles por el nombre del lugar donde descansaban estos decían: en Las Matas de Farfán..." 

2 En honor al sabio y valiente Canó Fortuna hay calles y escuelas tanto en Santo Domingo como en varios pueblos de la región del Valle, que abarca desde San Juan hasta Elías Piña, y mediante la Ley 112-99 se designó con su nombre el puente de la calle Independencia, sobre el río Macasía, que atraviesa la ciudad de Las Matas de Farfán. 

3 El mercado Los miércoles y los sábados se celebra en Las Matas de Farfán un movido mercado popular, que concita la atención de moradores de los pueblos y campos cercanos, con ventas de muchos productos agrícolas, manufactureros y también artesanales. 

El por qué ese mercado bisemanal ha sido tan exitoso en el discurrir del tiempo tiene varias razones, pero una de las más importantes es que la población de Las Matas de Farfán está enclavada en un punto céntrico entre El Cercado, Hondo Valle, Vallejuelo, Juan Santiago, Comendador, El Llano, Bánica, Pedro Corto, Carrera de Yegua y otras comarcas de la zona. 

El área donde funciona el más emblemático mercado de esa zona del suroeste dominicano está comprendida entre las calles Orlando Martínez, Santa Lucía e Independencia. A parte de servir de dinamizador de la economía de cientos de habitantes de las diversas comunidades que allí interactúan, especialmente de los pequeños agricultores, también es un símbolo cultural que se ha mantenido en permanente desarrollo a lo largo del tiempo. 

Ese mercado es una verdadera lonja criolla, donde el comercio se expresa de manera abierta y sencilla, sin sofisticamiento alguno. 

Es como si en Las Matas de Farfán se hubiera implantado el estilo de los milenarios zocos marroquíes, donde los tratos de compra y venta forman simbiosis con todo lo que pueda calificarse de pintoresco. 

Incluso un acucioso visitante de la séptima década del siglo pasado encontró en allí una cubeta de desrizado para cabello a la venta por cucharadas, así como "sacos de café sin descascarar, rueditas de queso blanco, huevas de tabaco dulzón, maíz sancochado, lechugas, arroz a 18 el jarro, semillas de cilantro, ropas multicolores." 

Ese mismo relator, que fue un gran periodista especializado en resaltar la naturaleza dominicana, definió el intercambio sabatino de productos y mercancías que vivió en Las Matas de Farfán como "un mercado del fondo del país, con ese carácter de feria trashumante en que los vendedores están hoy aquí, allá mañana, después más lejos."


4 El Palán 
El Palán es otro mercado famoso en Las Matas de Farfán. También se celebra los miércoles y los sábados, desde el alba hasta que el Sol está en su cenit, pasado el mediodía. 

Palán le llaman en creol o dialecto haitiano a un corral de becerros. La palabra se quedó en el habla popular de esa zona del país. 

Pero en el Palán de Las Matas de Farfán venden no sólo reses, sino también caballos, burros, chivos, ovejas, gallinas, pavos y otros animales. Ese mercado de compra y venta de animales opera desde hace más de 40 años. 

Antes estaba en la calle Santa Lucía y ahora en la 19 de Marzo, detrás del matadero municipal, saliendo hacia el municipio de El Cercado. "Allí se apaga el bullicio del mercado. 

Grupos de campesinos silenciosos examinan las bestias y deciden calladamente. Nadie habla en voz alta. Ni siquiera el vendedor para recomendar su venta. Grupos lentos, inmóviles, envueltos por la neblina del silencio..." 

5 Una formación geológica llamada 
Las Matas El botánico, espeleólogo, entomólogo y profesor dominicano de muchos saberes Eugenio de Jesús Marcano determinó, mediante sus profundas investigaciones científicas, que las gigantescas piedras que el viajero observa en el extremo norte de la ciudad de Azua, en dirección Este-Oeste, y que se extienden hasta los confines fronterizos siguiendo la ruta de Las Matas de Farfán, pertenecen a "la formación de Las Matas."


6 El Cerro de las Bóvedas 
El cerro de las Bóvedas o Parque Pedro Alejandrino Pina, es una protuberancia enclavada en la entrada oriental de Las Matas de Farfán, en la calle Damián David Ortiz. 

Es un lugar que sintetiza el pasado glorioso de esa comunidad. A la cima de ese antiguo camposanto se llega subiendo unos escalones. Allí hay un busto del valeroso y combativo trinitario Pedro Alejandrino Pina, y se conservan tumbas de legendarias figuras de nuestro pasado convulso. 

Otros personajes de nuestro ayer fueron enterrados originalmente en ese lugar. Así lo confirman la historia documentada y testimonios orales que se mantienen vivos en las nuevas generaciones. 

Allí fueron llevados en principio los restos mortales del General Pedro Florentino, que era matero por adopción fáctica. Se trata de un valeroso patriota injustamente atacado por algunos desconocedores del contexto en que le tocó combatir siempre en defensa de la Patria. 

Otros chillan en su contra por perversidad de intereses ideológicos. Florentino fue muerto a traición por un innombrable Rondón, quien para cometer el crimen aprovechó el sigilo de la noche y la ausencia del jefe de su escolta, el bizarro higüeyano Juan De la Rosa Arache, quien se encontraba peleando por los lados de Neyba. 

Un culto militar-intelectual dominicano calificó a Florentino como el Generalísimo del Sur y recreando su muerte escribió esto: "Cantos de gallos repentinos parecen romper a picotazos la vela improvisada del generalísimo, la mañana crecía engranujada entre las bayahondas...Eran las 10 de la mañana cuando el general sanjuanero Francisco Moreno, amigo del muerto, llegó con un puñado de fieles a buscar el cadáver al cantón, para enterrarlo en Las Matas...sembremos al general Pedro en la loma de Las Bóvedas..."

7 El oro 
En el libro El oro en la historia dominicana el historiador Frank Moya Pons sólo hace referencia sobre la presencia de ese precioso metal en Las Matas de Farfán citando una investigación que sobre minas hizo un señor de nombre W.G. Smith: "el ciudadano Popote Désart, que vivía entonces en estos lugares descubrió en 1839 en Hincha-Mateo (entre Las Caobas y Las Matas)....polvo de oro en una quebrada seca de lecho arenoso. 

Este polvo fue examinado, y por medio de la fusión se obtuvo un lingote de oro de buena calidad."8 Sin embargo parece que lo del oro en Las Matas de Farfán no era un simple decir, al menos en el pasado, pues hay constancia documental de que en el 1889 el presidente Ulises Heureaux (Lilís) "le permitió explotar la mina de oro de las Matas" a un tal Antonio L. Nasica, a quien también se le otorgaron desde los peldaños del gobierno otros privilegios.

9 Por la concatenación de hechos es válido pensar que en la mente del dictador Lilís estaba el oro de Las Matas de Farfán cuando el 29 de febrero de 1888 le escribió a su entonces amigo Juan Isidro Jiménez diciéndole que "yo no me canso de idear el modo de implantar en el país un sistema económico que permita mayor desahogo al gobierno..."

10 El alumbrado eléctrico 
Una de las mejores estampas descriptivas de los materos fue publicada en un periódico de la ciudad de San Juan de la Maguana el 18 de abril de 1928: "El Ayuntamiento de las Matas de Farfán ha contratado con el señor Andrés Martínez, el establecimiento del alumbrado público y particular de esa población. 

El contratista está haciendo gestiones para instalar dicho alumbrado dentro del menor tiempo posible. Hay que reconocer en el matero su espíritu progresista y su empeño por poner su pueblo a la altura de la época, dotándolo de todos los edificios y servicios necesarios. Reconocemos ese noble espíritu y lo aplaudimos, alentándolos a no desmayar en sus nobilísimos propósitos. Los pueblos progresan cuando tienen hijos capaces de comprender el papel del hombre en la sociedad."

11 Otra versión consigna que desde el 1916 el parque y algunas casas tenían energía eléctrica, suministrada por una planta que allí llevó el sacerdote Rafael Jóvine. 

El trinitario Pedro Alejandrino Pina 
El patriota Pedro Alejandrino Pina, llamado el benjamín de los trinitarios, por su precocidad al momento de entregarse a las luchas por la libertad dominicana, murió y fue enterrado en Las Matas de Farfán, tierra a la cual amó y donde escribió algunas de sus composiciones poéticas. 

Nació en la ciudad de Santo Domingo el 20 de noviembre de 1820, es decir que de sus primeros 44 años 22 los vivió bajo el yugo del invasor haitiano. Firmó el 16 de enero de 1844 el Manifiesto que contenía la voluntad del pueblo dominicano de extirpar el cáncer de la ocupación haitiana. 

Su inteligencia y responsabilidad en las delicadas misiones que se le asignaban le granjearon el afecto, admiración y confianza del patricio Juan Pablo Duarte. 

Fue de los primeros jóvenes que se integraron a la sociedad secreta La Trinitaria, génesis de la independencia dominicana. En la casa de Pedro Alejandrino Pina, y con la ayuda de su hermana María Jesús Pina, fue que Concepción Bona confeccionó en enero de 1844 la primera bandera dominicana, cuyo lienzo tricolor ondearía desde un mástil histórico un mes después. Ya se respiraba el aire libre de la patria recuperada del yugo invasor de los vecinos del oeste de la isla. 

Dado su activismo pre independentista se encontraba exiliado en la isla de Curazao cuando Mella disparó el glorioso trabucazo que catapultó la libertad del pueblo dominicano. De retorno al país a Pina se le encomendaron varias tareas, una de las principales fue formar parte de la membresía de la Junta Central Gubernativa, que era el gobierno colegiado que se creó con motivo de la Independencia Nacional. 

Poco tiempo después las intrigas políticas provocarían un nuevo y doloroso exilio para Pina, esa vez deambularía por Irlanda, Inglaterra, Estados Unidos y Venezuela. Cuatro años después pudo retornar a su Patria y fue designado ministro de Guerra y Marina. 

Estaba otra vez exiliado en Venezuela cuando se produjo la nefasta Anexión a España. Un prolífico historiador describe con apego a la verdad el regreso al país en dicha oportunidad de Pina, para defender a costa de su vida la tierra donde nació: "Pina voló desde el ostracismo al teatro de los acontecimientos, y entrando con Sánchez por Haití, acompañó al general José María Cabral en su marcha victoriosa hasta Las Matas de Farfán."

12 La victoria en Las Matas de Farfán fue efímera, dada la avasallante superioridad militar de los anexionistas, lo que obligó a Pina a instalarse de nuevo en Venezuela. 

Retornó en 1865 para dejar su último hálito de vida luchando por la consagración de la soberanía dominicana. Combatió duramente al régimen de Báez, y se opuso con las armas en las manos las pretensiones de éste de anexar el país a los EE.UU. 

Un laborioso historiador dominicano, al referirse a los tres más importantes procesos de lucha armada desarrollados en el país en el siglo XIX (vale decir las guerras con Haití, la Restauración y la oposición a las pretensiones de Báez de anexar el país a EE.UU.) escribió lo siguiente: "No fueron pocos los personajes que participaron en dos de estas gestas, pero solo uno descuella por haber tomado parte en las tres: Pedro Alejandrino Pina. Este inusual protagonismo provino de que se inició en la lucha patriótica desde muy joven..."

13 El 24 de agosto de 1870, antes de cumplir cincuenta años de edad, murió en Las Matas de Farfán, donde había retornado varios años después de haber escrito en Santa Ana de Coro, en Miranda, estado Falcón, Venezuela, estas significativas palabras que cierran un poema de honda inspiración, como una especie de endecha: "...Allá en la Patria/bello es el sol y bellas las estrellas,/dulce la voz del pájaro que canta,/suave la brisa que las flores besa: Allá en mi Patria está el placer del alma!.

14 Una santa por las calles de Las Matas de Farfán Acercándose el mediodía del 6 de julio de 1982 llegó en visita histórica a la ciudad de Las Matas de Farfán la famosa Madre Teresa de Calcuta, quien fundó en el año 1950 las Misioneras de la Caridad, una congregación religiosa de la iglesia católica dedicada desde entonces a socorrer en diversos lugares del mundo a los más pobres de los pobres, entre ellos hambrientos, enfermos, moribundos y huérfanos. 

El objetivo de su visita a Las Matas de Farfán fue echar las bases para establecer allí el Centro Nutricional San José, ubicado en la calle 19 de Marzo No.57, donde se reciben niños desamparados, muchos de ellos en estado de inanición. 

En ese centro de caridad los menores que llegan son alimentados, se les da atención médica y en fin luchan por salvarlos. En estos días hay 17 niños bajo la protección de las hermanas de la Caridad. 

Tentado está uno a recordar el famoso discurso del Pan de Vida, pronunciado por Jesús de Nazaret luego del hecho de la multiplicación de los cinco panes y los dos peces, según la narración que aparece en la Biblia.

15 Santa Teresa de Calcuta fue oficialmente declarada santa por el Papa Francisco el 4 de septiembre del año 2016. Orlando Martínez era de Las Matas de Farfán Orlando Martínez Howley fue uno de los periodistas más emblemáticos del país. Nació el día 23 de septiembre de 1944 en Las Matas de Farfán, donde vivió sus primeros 13 años. Fue asesinado el 17 de marzo del 1975. 

Al morir víctima de la sin razón y la intolerancia gubernamental tenía 30 años. Ya era una de las mentes más preclaras con que contaba el país en esa época. 

Siendo aún menor de edad realizó actividades en contra de la tiranía de Trujillo, especialmente cuando en febrero de 1961 participó en la distribución de propaganda para homenajear a las hermanas Patria, Minerva y María Teresa Mirabal, quienes habían sido asesinadas en noviembre del año anterior por órdenes expresas del tirano. 

Con apenas 21 años de edad participó de manera activa en la guerra del año 1965, formando parte del comando constitucionalista que se formó en la calle Espaillat, en el casco antiguo de la ciudad de Santo Domingo. 

Cuando se produjo el crimen que segó su vida era el director ejecutivo de la legendaria Revista ¡Ahora!, y autor de la célebre columna de opinión Microscopio. 

El asesinato de Orlando Martínez tiene la factura de un crimen de Estado. Eran los tenebrosos 12 años del primer largo tramo del gobierno de Balaguer, en el cual la intransigencia política se campeaba por sus fueros y la disidencia tenía cuatro destinos:

1-sucumbir a las mieles del poder y la complicidad.
2-La cárcel con tortura. 
3-El exilio ó 4-La muerte. 

A Orlando le tocó de lo peor de ese tétrico cuarteto. Días después de su muerte violenta, en el número 1 de la ya desaparecida revista Análisis, correspondiente al mes de abril del 1975, se publicó una entrevista que él había concedido a dicha publicación, para su número inaugural, en el cual sostenía, entre otras muchas interesantes cosas, lo siguiente: "Se necesita una sociedad donde se garantice el libre desarrollo del individuo, una sociedad como diría un filósofo alemán, en que el desarrollo de cada uno, sea garantía del desarrollo de todos."

16 Orlando Martínez era como un aguijón para el gobierno balaguerista, y los sectores que de él se beneficiaban. Por eso nadie nunca tuvo dudas de que su muerte fue orquestada por los llamados sectores de poder. 

Tal vez el último aldabonazo que le puso ""la tapa al pomo" fue el artículo que el 25 de febrero de 1975 publicó el ilustre matero Orlando Martínez, con motivo de la nueva expulsión del país de que fue víctima el gran pintor Silvano Lora. 


Lo tituló 
Por Qué no, doctor Balaguer, y terminó con esta catilinaria ciceroniana: "Si es inevitable que esta situación continúe, si es imposible evitar actos indignantes y miserables como el que presencié el domingo en el aeropuerto, ¿por qué, doctor Balaguer, no se decide usted a subirse en el avión o en el barco y a desaparecer definitivamente de este país junto con todos los que anteriormente he mencionado?"

17 Las Matas de Farfán es un distrito judicial. 
El 23 de febrero del 2005 se promulgó la Ley 88-05, mediante la cual se creó el Distrito Judicial de Las Matas de Farfán, desprendiendo las funciones judiciales de varios pueblos de la zona que dependían del aparato judicial de primera instancia de San Juan de la Maguana. 

Dicha disposición legal fue creada en consonancia con la Constitución de la República, y la Ley 821, la cual rige la organización judicial dominicana desde el 21 de noviembre de 1927. 

Con dicha ley Las Matas de Farfán es una de las pocas ciudades del país que sin ser cabeza de provincia posee un tribunal de primera instancia y un juzgado de instrucción, amén del juzgado de paz. 

Con el artículo 4 de la referida Ley 88-05 también se creó un Juzgado de Paz para el distrito municipal de Matayaya.


18 Abuelo de Trujillo ejerció la medicina en Las Matas de Farfán En el año 1861, con motivo de la Anexión a España, ejerció la medicina en Las Matas de Farfán el practicante canario José Juan de Dios Trujillo Monagas, emparejado en el país con la banileja Silveria Valdez, de cuya unión nació José Trujillo Valdez, alias Pepito, quien luego sería el padre cuatrero del dictador Rafael L. Trujillo. 

Ese Trujillo Monagas, que llegó a Las Matas de Farfán procedente de Cuba, como parte del Cuerpo Militar de las tropas anexionistas, luego fue un jefe policial en La Habana, capital de aquel país. 

En el 1882 llegó a publicar un libro, que 124 años después fue reeditado, en el cual describe sus auto calificadas hazañas como policía en la mayor de las islas antillanas. 

En la aludida obra, que versa sobre las acciones policiales de ese Trujillo canario contra criminales, reales o supuestos, se hace mención de su paso por el país en estos términos: "Con la ocupación española a Santo Domingo fue enviado a esa isla, incorporándose como practicante de primera clase con un salario de 480 pesos el 3 de septiembre de 1861...Permaneció encargado de la asistencia médica por espacio de un año en el Hospital de las Matas de Farfán, pero después se incorporó a los de Guayubín y de Sabaneta hasta agosto de 1863, cuando estalló la revolución..."

19 Lo anterior coincide con lo publicado en el año1968 sobre dicho personaje, quien dejó una malísima semilla en el país: "Había establecido de orden superior el Hospital de Las Matas de Farfán en la Isla de Santo Domingo, permaneciendo encargado de la asistencia médica por espacio de un año..."

20 Después fue designado como jefe "de la enfermería militar de Las Matas" el profesor de medicina Manuel María Valverde, quien no aceptó el cargo por padecer, a su decir, de "neuralgia facial". 

El terrible Valeriano Weyler en Las Matas de Farfán 
Uno de los más sanguinarios jefes militares españoles, azote aquí y en Cuba, estuvo en Las Matas de Farfán el 13 de enero de 1864, ocupando esa comunidad a nombre de la Anexión. 

El llamado "enano trágico" cometió fechorías en esa comunidad del Suroeste dominicano, como también lo hizo en otros lugares donde su presencia estuvo acompañada de perversidades de toda laya. No se sabe si fue en Las Matas de Farfán que se le apodó Valeri, por haber perdido en liviandades las tres últimas letras de su nombre original. 

Sobre las andanzas de dicho personaje por diversos lugares del país escribió apropiadamente un historiador dominicano, que no dejó suelta ninguna arista personal de dicho sujeto.


21 La tragedia de Palma Sola 
Un apartado lugar al norte de Las Matas de Farfán de nombre Palma Sola, en la entonces sección Carrera de Yeguas, hoy distrito municipal, pasó a la historia por un movimiento de tipo campesino y popular en el cual se expresó en sus máximos niveles el sincretismo mágico religioso de una parte importante de la población dominicana. Su dios era el controversial Liborio Mateo, cuya memoria reverenciaban como a un mesía, un salvador, un ungido. 

Los que dirigían la abigarrada muchedumbre, en la que se mezclaban la ignorancia con la audacia, eran los llamados mellizos de Palma Sola, que en realidad eran varios hermanos. 

El único mellizo era el célebre León Romilio Ventura Rodríguez, cuya compañera del parto doble, Leoncia, murió a los siete días de nacida. 

La liturgia de los seguidores de Liborio u Olivorio Mateo tenía expresiones estrambóticas: "¡Viva Cristo, el rey Mesías/Viva la madre piadosa, viva Liborio Mateo! Esto es todo lo que anhelo, de aquí saldrá un presidente que domine el mundo entero...El señor Plinio Rodríguez va para la presidencia, el Cristo lo designó por ser un hombre de conciencia."

22 Entre las muchas cosas que forman parte de la memorabilia intangible de las creencias populares de Palma Sola está la versión de que en ocasión de uno de los apresamientos del referido León Romilio se produjo un temblor de tierra que rajó las paredes del cuartel militar de la comunidad de Pedro Santana, donde lo habían recluido. 

Las raíces del culto que practicaban se remontan al 1908, cuando el singular personaje Olivorio Mateo comenzó a incursionar en una amplia franja de esa zona del país. 

Su asesinato el 27 de julio de 1922 a manos de gendarmes estadounidenses que tenían ocupados el país por la fuerza de las armas vigorizó más aún el movimiento social, religioso y mesiánico que encabezaba ese personaje de leyenda, a quien sus verdugos exhibieron como un trofeo de caza con el añadido de que le ataron una cuerda de sisal en el cuello y se mofaban de su cuerpo inerte. 


La historiadora estadounidense Lauren Derby, en una obra en la cual resalta la imaginación popular y los símbolos como elementos de gran importancia en un tramo del pasado dominicano, sostiene que: "la asociación entre el olivorismo, las ataduras y la esclavitud se consolidó inextricablemente cuando los marines norteamericanos mataron a Olivorio y lo amarraron en una camilla, para exponer su cuerpo en la plaza central de San Juan de la Maguana. Aunque su intención era profanarlo, inadvertidamente lo transformaron en un mártir nacional."

23 Pero fue en el territorio de Las Matas de Farfán donde más ahínco se puso para desarrollar el oliborismo. Múltiples fueron los motivos, de difícil explicación en un trabajo simple como éste. A comienzos de los años 60s del siglo pasado fue la etapa de mayor crecimiento y fervor de esta creencia popular. 

La filósofa y socióloga Lusitania Martínez, experta en el tema, arranca su análisis de la geografía mística del lugar de las Matas de Farfán donde se centraba el culto oliborista y donde ocurrió una terrible matanza, expresando que: "Un poco más de cien tareas serán las que se dedicarán especialmente al lugar santificado de Palma Sola y veinticinco para el corral de las ceremonias que levantarán el mundo nuevo...

En aquella época era un espacio abierto a la entrada de todos los creyentes en la verdadera purificación de las almas.."


24 El historiador 
Víctor Garrido Pueblo, en un ensayo de gran calado, hace aportes importantes para conocer diferentes facetas de lo que fue el oliborismo.


25 En los registros históricos 
Las Matas de Farfán figura un confuso hecho que marcó para siempre la historia de esa zona del país. Al mediodía del 21 de diciembre de 1962 se produjo en la calle Santa Lucía un enfrentamiento entre la Policía Nacional y los campesinos de Palma Sola. 

Hubo varios heridos y más de cien presos. 
Fue el inicio de un suceso peor, ocurrido en los días posteriores. En efecto, el 28 de diciembre de 1962 se produjo en Palma Sola una masacre de grandes magnitudes. 

A parte de la muerte del general Miguel F. Rodríguez Reyes y de la herida casi mortal al coronel Francisco Alberto Caamaño Deñó, los informes oficiales hablan de varias decenas de campesinos muertos por la metralla policíaco militar. 

Sin embargo, los sacerdotes Misioneros Redentoristas, en ejercicio de su ministerio en Las Matas de Farfán, contabilizaron una cantidad de muertos muy superior a lo dicho por el gobierno de entonces, el cual incluso utilizó aviones de guerra de los conocidos como P-51, tal y como lo describe de manera amplia el periodista Juan Manuel García en una obra bien documentada.

26 El municipio de Las Matas de Farfán tiene dos distritos municipales: Matayaya y Carrera de Yeguas. Matayaya Mediante la Ley No.271-98 la sección Matayaya fue elevada a la categoría de distrito municipal, adherido al municipio de Las Matas de Farfán.


27 Varios aspectos se tomaron en cuenta para darle esa condición a una comunidad bañada por la historia desde tiempos inmemoriales, pero el quinto considerando de la referida ley resume la razón principal: "Que la sección Matayaya del municipio Las Matas de Farfán tiene excelente producción agrícola en arroz, habichuelas, maíz, yuca, batata, plátanos, guineos, leguminosas, así como ganado caprino, bovino, porcino." 

En virtud de la referida ley el distrito municipal de Matayaya posee como parte de su territorio las siguientes secciones: Olivero: Con sus parajes Los Alejos, Los Molinos, Los Cercadillos, Estrelleta, Los Hoyos, Luis Simón, El Santo, El Guanal y Sabana Bonita. Cocinera: Tiene los parajes Guaraguo, Los Cerros, Cajuil Blanco, La Bijia, Rancho de Juana y Cajuil Prieto. Los Jobos: Con sus parajes Río del Padre, Arroyo Salado, Miguel Martínez, La Baitoa, La Pocilga y los Camarones. 

Las Carreras: 
Está acompañada de los parajes El Almácigo, El Corte, Arroyo Saya y El Muey. 


Carrera de Yeguas 
La antigua sección Carrera de Yeguas, situada a unos doce kilómetros al norte de la ciudad de Las Matas de Farfán, fue llevada a la condición geográfica de distrito municipal mediante la Ley 367-05. 

Uno de los aspectos motivacionales del Congreso Nacional para subir de categoría a esa comunidad, según la literatura de la citada ley, es que allí se encuentra el paraje Palma Sola, "lugar histórico de la República Dominicana, donde se desarrolló a principios de los años 60 el movimiento mesiánico-religioso de culto a Olivorio Mateo." 

También señala el texto legal citado que en Carreras de Yeguas es baja la tasa de emigración de sus moradores, y que eso facilita que ese territorio tenga un "desarrollo intermedio relativo." La economía de ese distrito municipal es esencialmente agrícola, aunque la ganadería bovina y caprina también hace su aporte para el sostenimiento de sus habitantes. 

El artículo 2 de la indicada ley dispone que el Distrito Municipal de Carrera de Yeguas estará conformado por las secciones de Carrera de Yeguas, Caña Segura, Pozo Hondo, Ranchito, Yacahueque y Escondido.

28 Entre los parajes que pertenecen a ese distrito municipal están Palma Sola, El Vallecito, El Charco Colorao, Los Ladridos y los Limones.