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De qué nacionalidad son los bebés que nacen en un avión

Lo habitual es nacer en un centro de salud, quizá en un domicilio, algo más raro es que el parto ocurra en un automóvil, pero hay quienes nacen en lugares mucho más extraños. 


Uno de esos sitios son los aviones. 
Desde la creación de la aeronavegación comercial, en 1929, y hasta 2018, se contabilizaron sólo 76 nacimientos en vuelo, aunque podrían ser más. 

Lo que hace poco probable los nacimientos en aviones es que las aerolíneas suelen tener reglas muy estrictas para evitarlo. Según de qué empresa se trate, las mujeres embarazadas ya no pueden abordar un avión pasada la 36° semana de gestación. 

 Algunas no lo prohíben, pero desaconsejan esos viajes a las embarazadas. Y otras son especialmente rigurosas y no venden pasajes a las mujeres que hayan superado la 28° semana de embarazo, a no ser que cuenten con un documento médico que lo avale. 

La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) recomienda no volar a partir de la semana 36 y se requiere autorización médica para viajar a partir de la semana 28. De qué nacionalidad son los bebés que nacen en un avión. 

Por ejemplo, cualquier bebé que nazca en territorio o espacio aéreo de Estados Unidos recibe automáticamente la ciudadanía americana, pues así lo establece su legislación”, aseguró Jorge Graupera, director Jurídico de Legalcity a El Confidencial. 

Por ejemplo, en España, o Francia y otros países de la Unión Europea, lo mismo que en el Reino Unido, es diferente por que se rigen por el principio “ius sanguinis” (derecho de sangre) por lo tanto el recién nacido tendrá la nacionalidad de los progenitores. 

 “El Ministerio de Justicia establece que si una persona nace en espacio aéreo español y de padres españoles recibirá automáticamente la nacionalidad española. No obstante, si los padres son extranjeros, no podrá adquirir la nacionalidad de forma directa”, dijo Graupera, para conseguirlo deberá residir un año en España. 

Lo mismo que en Estados Unidos ocurre con la legislación argentina, según el sitio especializado Turismo de Bolsillo, es decir que el niño tendrá la nacionalidad del país si el avión atravesaba el territorio nacional. 

Una legislación similar tiene Canadá. Básicamente existen dos principios: el ius sanguinis (“derecho de sangre”) que implica que el niño recibe la nacionalidad de sus padres; el ius soli (“derecho del suelo”) marca que el bebé nacido en un vuelo toma la nacionalidad del territorio que está sobrevolando. 

El riesgo en estos casos es que el niño sea considerado apátrida. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) existen alrededor de 12 millones de apátridas en el mundo, aunque se desconoce la cifra exacta. 

Como se dijo, el caso de quienes nacen en un avión o un barco suele resolverse con la legislación del país donde sobrevuela o al que pertenecen las aguas en las que navega, pero no todos los países tienen reglas al respecto. Sin embargo, hay un problema que enmaraña la disyuntiva que son los océanos. 

La mayor parte del planeta está cubierta por mares que no pertenecen a ninguna nación. 

¿Qué pasa si un bebé nace encima de uno de ellos? 

En ese momento, emerge el país de origen del avión. Según los artículos 17 y 21 de la Convención Internacional sobre Aviación Civil de 1944, los aviones tienen la nacionalidad del país en el que fueron registrados. De acuerdo a otra convención posterior destinada exclusivamente a apátridas, los bebés podrían adquirir la nacionalidad de la aerolínea.