Los primeros árboles entregados a los agricultores fueron 200 mil, adquiridos por la Unidad Técnica Ejecutora de Proyectos de Desarrollo Agroforestal de la Presidencia.
Los productores dijeron que se hace necesario que además de dicho proyecto, el gobierno debe proceder a resolver los problemas existentes en los campos como arreglo de caminos de acceso a sus fincas.
El presidente de la Federación de Caficultores, Antonio Luciano Abreu, criticó la construcción de la Presa de Palomino, porque la misma expresó la mayoría de los ríos que ahora impiden la irrigación de miles de tareas de tierra.
Abogó por la creación de fuentes de empleos, pero que el gobierno esté consciente que algunos usan la pobreza como un gran negocio, mientras los importadores actúan de forma despiadada en contra de estos.
También demandaron tasa cero para los caficultores, dada la importancia de la siembra de dichos árboles respecto a la reforestación de las zonas montañosas y las cuencas hidrográficas.
