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Brugal sobre el romo malo: "Esos criminales intentan dañar una industria emblemática"

El presidente de la compañía de ron Casa Brugal, Augusto Ramírez Bonó, expresó su indignación por los casos que se han presentado en el país de adulteración de bebidas alcohólicas. 
Ramírez Bonó, dijo que lo más grave de los casos en los que se han identificado adulteración de las bebidas son las pérdidas humanas, al tiempo que resaltó el peligro que representa para la economía de los dominicanos y para el país dicha práctica. 

 «Por eso, como ustedes, me siento indignado por el precio que hemos tenido que pagar como pueblo por unos criminales«, dijo Ramírez Bonó, como presidente de una de las principales empresas fabricantes de ron de la República Dominicana, quien añadió que «Esos criminales, además, están intentado dañar a una industria emblemática que ha producido una marca país por más de cien años, a distribuidores y comerciantes que han servido a los dominicanos de manera confiable y honesta por décadas». 

 El presidente de la Brugal dijo que tanto las personas que se dedican a fabricar bebidas alcohólicas adulteradas como los que las comercializan «merecen todo el repudio de la sociedad y todo el peso de la ley«.
 
Ramírez Bisonó defendió la marca que preside, al asegurar que «esos criminales» intentan agredir la dignidad «y nuestra reputación» como país frente al mundo. 

En ese sentido, Ramírez Bonó se mostró a favor de las medidas que ha estado adoptando el Gobierno contra la fabricación y comercialización de bebidas alcohólicas, las cuales han provocado más de 90 muertes en la República Dominicana. 

«Apoyamos las enérgicas y firmes acciones del Gobierno dominicano para erradicar de una vez por todas la criminal fabricación y comercialización de bebidas tóxicas y peligrosas y que tanto dolor están llevando a nuestras familias», establece el comunicado de Brugal. 

 El ejecutivo hizo además un llamado a los dominicanos a unirse en contra de la práctica de adulterar bebidas alcohólicas para su comercialización. «Somos auténticos y genuinos. ¡Y eso nadie lo puede adulterar!», concluye el documento.