LO ULTIMO

6/recent/ticker-posts

A nuestros queridos Maestros con cariño


Por Dr. Robert Cabral
A José Francisco Bobadilla, nuestro primer sembrador, quien, desde El Salao de entonces, empezó a irradiar la luz del conocimiento y la verdad, para despejar las tinieblas de la oscuridad, y empezar a sembrar en nuestro futuro pueblo, la cultura y la civilidad.

Y con nuestro primer maestro, también a los que llegaron desde Azua, y San Juan de la Maguana, al Sr. Duval, a Remigio Valenzuela, Blanca Morillo, Carolina, Graciosa, José y Tomás Suzaña, Lourdes García, Antonia Forbes, Teresita, Rafael Sucre Vásquez, que forjaron nuestra primera y maravillosa generación de maestros.

Y con ellos, nuestra primera generación de maestros, a Guillermina, Australia, Melida Aurora, Salvador, Mercedes Marranzini.
A Jesús Polin, Escolástico, que aunque leía horóscopos también enseñaba, y que estaban designados en nuestros campos remotos.

Y con ellos recordamos entrañablemente, a Gabino, Céspedes, Filpo, Laudelina, (había otra muy buena moza), y otros muchos que llegaron desde Azua, y nos legaron tantos conocimientos, y momentos entrañables.

Y con ellos a la segunda generación de maestros tubaneros que impulsaron el Liceo oficial de nuestro Municipio, Profesores Aurelio Vicente, Juan Maria Vicente Mateo, Llilla Parra, Mela Díaz, Napoles, Gustavo Calderón, Máximo de la Rosa, Nikita Veloz, y nuestra querida Milagros Devers.

A todos, y a otros, cuyos nombres no alcanzan ahora a nuestra memoria, pero que nunca olvidamos, Gracias desde el corazón.

Padre Las Casas, no sería hoy, la entrañable comunidad que es, ni tendría tantos hombres y mujeres honrados y de trabajo, que son la mayoría, aunque lleven vidas discretas y modestas, sin oropel ni pachanga, y tantos y tan valiosos profesionales, y prestantes ciudadanos, sin el abono fértil, sin la cimienta generosa, de esos sembradores de la ciencia y la fe, hombres y mujeres, que con su esfuerzo y vocación, lo dieron todo por nosotros, y nuestras presentes generaciones.

Sólo con nuestro amor patrio, y la defensa intransigente de los valores que encarnan la República, y de nuestros padres Fundadores de la Patria, podremos devolverles, todo cuanto hicieron por nosotros.

Gracias, larga vida, y nuestro recuerdo imperecedero.