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Historia apellido Segura de Padre las Casas

Los Segura, o las Raíces fecundas de la prole de Santiago.

(A propósito del sentido fallecimiento de Romulo Segura.)

Cuando Santiago arriba con sus arganas repletas de promisiones, al Tubano, desde el Cibao Central, con su esposa Doña Buchito Espinoza, y su hijo Gil Blas, ya la gente de Macuya Alcantara, había hechado sus raíces en estas tierras de caminos de recuas, y de apacibles climas, de verdes praderas y mesetas, propicias para acunarse, cerca de su río y arroyos.

Eran los finales del siglo XVIII, y ya entrábamos en los arbóres de las turbamultas montoneras que mantenían en vilo la frágil y rural vida Republicana.

No bien llegó Santiago, cuando, muy pronto arribo Manuel Germán (Manuelico) con su mujer, Hipólita Espinoza (La Vieja Negra), una matrona que habría de llegar a ser con su hermana Buchito, dos insignias vitales, las Ursulas necesarias, para desarrollar esta frondosa, como alucinante prole.
A ellos se agregaron, Vidal, hermano de Santiago, y Eulalia Martínez, hermana de las hermanas Espinosa, y que también contrajeron casorio, para aumentar esta prolífica prole.

Estas dos mujeres, dieron sello de identidad definitivo a lo que habría de ser esta comunidad familiar, su intenso vínculo con la tierra, el afán del trabajo, la fe del esfuerzo, y el espíritu libertario irreductible, que sería el sino que los guiará siempre.

Establecidas pues, ambas hermanas, con sus respectivos esposos, y hermanos de ambas partes, la vida se hizo propicia para los afanes de la aventura existencial en estas nuevas tierras.
De estas tierras preñadas de esperanzas, surgio de los esposos Santiago y Buchito, la familia compuesta por los hijos, Arturo, Ventura, Isabel, Santiago (Chago), Claudio, Bernardo, Susana y Amantina.

Cómo fruto de la vida y costumbres, del tiempo incesante de una naturaleza tan prolija, Santiago también procrea familia con Jacinta, una mujer de trabajo, que nunca se rendía ante los avatares de las crudezas de las lomas donde le tocó vivir para consumar el destino vital de los descendientes de Santiago.

Este relato que deberá continuar y ampliar, e indagar la apasionante travesía de esta comunidad familiar, se limita ahora, por la premura tirana del tiempo, como por la necesidad de colectar mayor información, a Arturo, quien luego de Gil, que llegó con sus Padres a esta tierra, nació aquí, y es el primero de todos los hermanos, y como hijo mayor, fue portador no sólo de un espíritu indomable de pionero, que le transfieren sus padres, sino que además, es la amalgama fructífera del nuevo carácter que le imprimen estas tierras, laborioso, templado, recio de carácter, y hombre de bien, de una personalidad altiva y viril.

Arturo, alto, de color rojizo, bigotes cortos, y sombrero, lucia siempre erecto y dispuesto.

Arturo, como sus padres, sus tios, Germán Segura, y sus hermanos, convirtieron la Loma de Monte Bonito, en el hábitat, sin el cual no puede entenderse la historia de esta comunidad familiar.

Así procrea familia con su esposa Gudelia Martínez, de cuya relación, nacen pues, Arturito, Romulo, Wenceslao (Nelao), Darío, Amada, Damiana, Antonia, y Máximo.

Pero también, en esa vida rural incesante, Arturo procrea hijos con otras mujeres, todas acendradas en los valores que ciñeron la época y la vida del pueblo que se iba cociendo entre los sudores y sueños rurales de estos pioneros.

De Arroyo Cano, y establecida en la comarca, formó también familia con la Sra. Gaso.

De las raíces de Arturo, es Romulo, tal como se ha dicho, cuya partida hemos sentido tanto.

Esta historia, que pretende aproximarse, con sentida admiración, a la tradición, las peripecias, y el legado de los Segura, sin duda, continuará muy pronto, y se ampliará con mayor y mejor información.

Porque no será posible escribir la historia tubanera, sin los Segura, sin el santo y seña de Santiago, pero cuyos símbolos más pródigos, fueron las dos hermanas, la Vieja Buchito y la Vieja Negra.

Autor Dr. Robert Cabral.