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Recordando un sanjuanero distinguido, expresidente Triunvirato

Don Emilio de los Santos Salcié nació en San Juan de la Maguana, el 12 de octubre del año 1903, fueron sus progenitores Don Juan Justo de los Santos (Don Chuchú) y Doña María Antonia Salcié, ambos sanjuaneros, entre sus hermanos/as se mencionan: Anibal y Luisa que lo eran de padre y madre, por otro lado tuvo otros hermanos, ellos son: Gustavo Adolfo, Gladys, Clara, Dolores (Lolita) y Angela (Agueda) de los Santos Noboa. Además Guarionex de los santos Fernández (Guarin). Gladys, fue la primera mujer sanjuanera odontóloga y Angela la primera mujer abogada de nuestro pueblo.

Casó Don Emilio con la señora María Cristina Borensen, con la cual procreó dos hijas que les sobreviven, que les sobreviven.

Realizó sus estudios primarios en su ciudad natal y los secundarios en Santo Domingo, así como los universitarios. Ingresó a la facultad de Ciencias Jurídicas de la Universidad de Santo Domingo, en el año 1926 y cuatro años después se tituló de licenciado en Derecho en 1930. Profesión que ejerció toda su vida, se le consideró como una persona seria, honesta, modesta, inteligente, y probo, tanto en su vida pública como privada, fue un hombre sencillo e incorruptible. Se distinguió siempre por su sincera devoción a la amistad y a su familia, sin alardes de ninguna especie, según nos comenta el Dr. Alcedo Arturo Ramírez Fernández, quien lo conoció bastante.

En cuanto a lo político, el Licenciado De Los Santos Salcié, fue un reconocido opositor a la tiranía Trujillista, a consecuencia de lo cual estuvo arrestado en varias ocasiones, llegando en una oportunidad a permanecer en prisión durante trece (13) largos meses. Nunca se inscribió en el Partido Dominicano, Institución política fundada por el tirano Trujillo. No obstante las persecuciones y vejámenes sufridos durante la dictadura, nunca se plegó a las exigencias del nepotismo.

Al producirse la caída de la dictadura trujillista, fue escogido para presidir la Junta Central Electoral, institución que preparó el camino para la celebración de las primeras elecciones presidenciales después de la muerte de Trujillo en 1962 y en la cual fue electo para ocupar la Presidencia de la República el Profesor Juan Bosch, el 20 de diciembre de ese año (1962).

Al ser derrocado el Gobierno Constitucional del Profesor Bosch, el 25 de septiembre del 1963, los golpistas militares y civiles lo llamaron para que se hiciera cargo de la dirección y presidencia del Triunvirato que se formó y que además de él integraban el doctor Ramón Tapia Espinal y el Ingeniero Manuel Enrique Tavárez Espaillat.

Al producirse el apresamiento y posterior fusilamiento del destacado político y revolucionario dominicano Dr. Manuel Aurelio Tavárez Justo (Manolo) y sus compañeros, en el lugar denominado “Las Manaclas”, San José de Ocoa, por los militares que los perseguían, Don Emilio de los Santos, renunció al cargo de Presidente del Triunvirato irrevocablemente, y en su carta renuncia, decía entre otras cosas, citamos: “Al aceptar, el 26 de septiembre del año en curso, la alta investidura con la cual fui honrado, lo hice en la creencia de que podía prestar un ejercicio útil a mi patria. Me ha convencido de que mis esfuerzos encaminado, ni podrán alcanzar, los logros a que yo aspiraba. En tales circunstancias considero que no debo continuar en el ejercicio de las funciones de presidente del triunvirato, "¡Ruégoles aceptar mi renuncia irrevocable!”.

La humildad y la sencillez Don Emilio de lo Santos, fue tal en su vida que durante se desempeñó como presidente de la República solía ir al palacio presidencial en carros de concho (carros públicos), y luego de retirado de la actividad política se paseaba por las calles de la ciudad de Santo Domingo como un simple ciudadano.

Por muchos años y hasta la hora de su muerte Don Emilio perteneció al Bufette de abogados Rogues Román-Bergés de la ciudad de Santo Domingo, el cual había fundado. Se le consideró como un gran profesional del derecho y extraordinaria elocuencia.

Su muerte fue sentida en círculos sociales y políticos de la capital en razón de que perteneció a una generación de hombres que hacían honra a las normas más altas de la vida.

Falleció en Santo domingo el 10 de junio de 1986 donde residía desde muy joven, siendo sus restos mortales sepultados allí.

Los sanjuaneros los recuerdan en el mes de su nacimiento, con respeto y admiración, por ser uno de los hijos de esta tierra que llegó a ocupar el solio presidencial. 

Texto: Carlos Vicente Castillo (Vill).