Una estatua fue develizada este viernes en honor a la figura del reconocido icono de la lucha libre dominicana, Rafael Antonio Sánchez, mejor conocido como Jack Veneno.
La estatua fue donada por la Fundación Luces y Sombras, a través de la Alcaldía de Santo Domingo (ADN), entidades que encabezaron el acto de entrega, junto al propio luchador retirado.
La estatua fue donada por la Fundación Luces y Sombras, a través de la Alcaldía de Santo Domingo (ADN), entidades que encabezaron el acto de entrega, junto al propio luchador retirado.
La efigie está ubicada en el parque Eugenio María de Hostos, en el malecón de la ciudad de Santo Domingo, donde Jack Veneno, líder de la “cuadra técnica”, se convirtió en un dios del entretenimiento derrotando ante cientos de fanáticos a los personajes más inverosímiles, muchas veces “traído desde la Arena Méjico, para impedir que el campeón dominicano no pueda llegar a combatir por la faja del mundo del peso completo en poder del norteamericano Ric Flair”.
Durante el acto, el alcalde del Distrito Nacional, David Collado, recordó con “entusiasmo” algunos momentos en que Jack Veneno fue parte de su infancia, al tiempo que reconoció la trayectoria del luchador con la entrega de un monumento en vida, que a su entender es la satisfacción más grande que puede tener un ser humano.
Fue en este lugar y durante las décadas de los años setenta, ochenta e inicio del noventa, donde Veneno “volaba por los aires y conectaba sus patadas voladoras” contra La Gallina: “Relámpago Hernández” y sus rivales extranjeros que como los Hermanos Muertes, El Monje Loco, La Momia Negra, Buddy Montez, El Destroyer, La Momia de Guanajuato, El Señor Lanza, Puño de Hierro, Sweet Daddy Davis, lo ponían en apuros y muchas veces masacraban a sus compañeros en luchas desiguales, provocando el juramento por “mi madre doña Tatica, que en Eugenio María de Hostos voy a clavar de cabeza este domingo a ese luchador para que respeto a los dominicanos”, llenando de emoción y fantasía a sus seguidores que una y otra vez abarrotaban el escenario atraído por el chauvinismo y “hombría” del “Campeón de la Bolita del Mundo”.
