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Legado de Doña Idalia Suzaña Sánchez de Galván


Por: Amada C. Galván
Bohechío.-El ejemplo de vida de Doña Idaliza María Suzaña Sánchez de Galván, viajera de Sur a Norte, nació en este municipio provincia San Juan, residió en la ciudad corazón, Santiago y se estableció en Santo Domingo.



En el exterior, vivió en la ciudad de Providence, capital de Rhode Island y termino su ciclo de vida en New jersey, de Estados Unidos.

En su tercer aniversario de su partida, del 15 de diciembre del 2015, recuerdo su vocación de servicio a través de sus virtudes y principios.

Como dice Eclesiastés 3, tuvo tiempo de plantar y de arrancar lo plantado a sus 88 años que tuvo de vida en la tierra. Procreó una hermosa familia de ocho hijos con el Señor Amado Galván (EPD), cinco varones y tres hembras, veinte nietos, y varios biznietos.

Entre ellos sus hijos varones fueron: Francisco, Nelio, William, Abel y Hector Galvan, ex embajador en Corea del Sur y en Colombia.Y entre las hembras Celeste, Hilda y quien escribe.

Planto en vida, el servicio a los demás. La educación la erigió como un estandarte apoyando a sus hijos para que asistieran a la escuela, preparados y alimentados. Sus principios, valores y virtudes fueron esparcidos mas alla de su celula familiar brindando apoyo a parientes, amigos y vecinos.

Algunas maneras de servicio propias de Idalia Maria, fue el apoyo a parientes, y amigos (as) que necesitaban visitar un medico para tratar sus enfermedades, en su peculiar lenguaje “dolama”. Ellos venían a la casa del Sur y del cibao. La lealtad a sus vecinos fue parte de su vida.

Albergo en su hogar a sobrinos (as) para apoyarlos en sus estudios. Y de manera muy especial, a estudiantes universitarios que cambiaron de la Universidad Católica de Santiago a la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD) con escasos recursos. 

Emigraron por distintas razones, como la expulsión, deserción voluntaria y solidaridad en causa comun por las reinvindicaciones estudiantiles de la época.

Idalia María, fue una mujer con mucha capacidad de trabajo y fuerza espiritual. Un testimonio, se remonta al 1989, cuando partí hacia México para realizar una maestría en Economía. En el aeropuerto, me coloco una rosa blanca de organdí en mi vestuario y me entrego una biblia de bolsillo, me dio muchas bendiciones.



El 15 de diciembre del 2015, en New Jersey, la despedí con la oración del Padre nuestro, a la cual respondió, Amen. Idalia, gracias por todo su legado. Siempre recordada. Bendita sea, madre. Descanse en paz.