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¿Está la Biblia en peligro?


El 30 de noviembre del año 1983, mediante la Ley 204, la República Dominicana declaró el 27 de septiembre de cada año como el Día de la Biblia. 



Algunos acontecimientos me llevan a pensar que el libro más antiguo, más vendido, más leído y más refutado en el mundo se encuentra en una situación de peligro en los momentos actuales.

Esto es así, porque la vigencia de la Biblia es la práctica de su contenido. Al ser considerada como la Palabra de Dios, básicamente en la cultura occidental, aunque con muchos altibajos y tergiversaciones históricas, ésta ha formado parte esencial en la formación de los individuos, desde su impresión y distribución para toda la humanidad en el siglo XV, con la invención de la imprenta.

Quiero destacar dos de las motivaciones que tuvo el Congreso Nacional para tomar esa memorable decisión de declarar el 27 de septiembre como Día de la Biblia. El legislador de 1983 entendió que “la Biblia constituye universalmente la tabla de salvación entre Dios y los hombres, por su sustanciación hacia el amor, la paz y la redención”. No se podría aspirar a un mejor resumen de su contenido.

Otro de los considerandos de esa ley se basa en que “el Escudo Nacional se honra con la Sagrada Biblia abierta en su centro, donde se lee el pasaje “Conoceréis la verdad y la verdad os hará libres”, palabras dichas por Jesucristo y recogidas en el libro de Juan, capítulo 8:32.



El pueblo dominicano está viendo y escuchando ese pasaje bíblico desde la fundación de la República, pero, ¿hemos sido partícipes de esa verdad y de esa libertad? ¿La nación ha entendido el significado de esos criterios expuestos por el propio Cristo, y que los fundadores de la nacionalidad dominicana lo colocaron, justamente, en el centro del escudo de la nación? Pienso que, lamentablemente, el grueso de nuestra población no ha entendido la bendición que significa tener una nación fundada sobre ese principio de que, el conocimiento de la verdad, liberta.

Es muy probable que el criterio de verdad, que estaba en la mente de los patriotas, se refería a decir la verdad cuando se tiene el dilema de decir la verdad o mentir en una conversación o al rendir un informe; pero el significado bíblico va más allá.

Esa sentencia pronunciada por el Hijo de Dios, Jesucristo, tiene alcances espirituales más profundos. Se refiere al reconocimiento del Dios Creador de todas las cosas, a quien debemos aceptar como tal y reconocer a Cristo como el libertador del hombre, el que puede perdonar los pecados, darte una vida llena de amor y garantizarte la vida eterna. Todo eso en base a la obediencia a su Palabra, cosa que hacen muy pocos dominicanos.

La Biblia está en peligro en el mundo de hoy. En los Estados Unidos, referente obligado para la sociedad occidental, los presidentes se juramentan colocando una mano sobre la Biblia; sin embargo, desde el año 2015, el “matrimonio” entre personas de un mismo sexo se convirtió en una figura jurídica reconocida en ese país. Totalmente contradictorio.

Esa actitud es una denegación del modelo de familia bíblico, que establece que el hombre dejará a sus padres y se unirá a su mujer y los dos serán una sola carne. También violenta un principio bíblico que castiga con la pena de muerte el ayuntamiento carnal de hombre con hombre y mujer con mujer. (Levítico 18:22-29)

Estados Unidos de Norteamérica, una nación que se formó sobre la base del cristianismo, y después de haber sido un pueblo que difundió los principios bíblicos por todo el mundo, ahora se ha convertido en un conspirador contra la creación y la procreación, instaurada por Dios.

Cuando desde el Estado se propicia la violación a los principios bíblicos y se dan riendas sueltas a los deseos humanos, las cosas no saldrán bien. Dice la Biblia que Dios tiene sus ojos puestos sobre buenos y malos. (Proverbios 15:3).

El pasado mes de junio, el nuevo Presidente de España se negó a tomar el juramento sobre la Biblia; demostrando que no le importan los principios bíblicos. Pienso que las religiones son en gran parte culpables de esta actitud, por el descrédito a que han sometido la Palabra de Dios, con sus actuaciones pecaminosas.

Es bueno saber que Jesucristo dijo: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán”. Debemos aprovechar que tenemos biblias con contenido confiable, disponibles por todos lados. 

Es casi seguro que en tu hogar haya una, búscala y léela para que puedas encontrar la paz, el amor y la salvación de tu alma, como lo resume la Ley 204. Es posible que dentro de algunos años, quieras una Biblia con la Palabra de Dios y solo encuentres biblias con palabras de hombres.

Por Vicente Estrella
v_estrella62@yahoo.com