Por María De León
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Cierro los ojos, mientras disfruto de la melodía de la lluvia y me adentro en el silencio de la noche, instalada en ella, puedo sentir a distancia, el olor a tierra mojada, el aroma de un rico café fresco, las pisadas de pies descalzas de los muchachos, (nosotros los antes) mis amigos la vida.
Esos que hoy miro y casi no me recuerdan, a los que aveces tengo que presentarme con las historias vividas entre las manos.
Confiezo que un manto de tristeza meclada con un poco de vergüenza invaden mi corazón, cuando los vuelvo a ver, pero con la alegría que jamas podré describir estas líneas.
Una parte por mi, por no decir, la mitad de mi vida, se quedó allá donde todo comenzó un día.12/09/2017.