La joven Gemma Williams, de 24 años, estuvo a punto de morir por una septicemia, una infección grave que afecta a todo el organismo, en Gran Bretaña.
Esta se la provocó un tinte negro aplicado en el cabello.
A las horas de echárselo, el tinte comenzó a abrasarle la piel y le provocó un enrojecimiento en ojos y orejas.
Ante la reacción alérgica, fue de urgencia al hospital, donde le suministraron esteroides y antibióticos para la inflamación. Según publica el diario Daily Mail, no surtió efecto, por lo que tuvo que ingresar de urgencia en el hospital Manchester Royal Infirmary.
La joven Británica permaneció ingresada durante dos semanas. Ya pasado el peligro, los médicos que la trataron la reconocieron que estuvo al borde de la muerte, razón por la que ha prometido que no volverá a echarse tinte en el pelo. 28/03/2017.
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