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Conmemoraran los 53 años del "masacre de Palma Sola" en San Juan


En San Juan de la Maguana, recordaran los 53 años del "masacre de Palma Sola", el 28 de diciembre del 1962, los creyentes y seguidores del místico personaje Olivorio Mateo Ledesma, a los 93 años de su asesinato, 27 de junio del 1922, realizaran manifestaciones, rezos, veladas, festivales de atabales, inclusive, algunos se considera “sustitutos en la tierra, en cuyos cuerpos él habría reencarnado.” 

Tal es el caso del señor Alfonso Segura, de 85 años de edad, residente Maguana Arriba, justo a poca distancia de la conocida y muy visitada Agüita de Olivorio, en la parte Norte de esta ciudad, quien se mando a fabricar un llamativo y vistoso traje que exhibe en todas las actividades relacionadas con Mateo Ledesma.

 “Con orgullo, he recorrido todos los caminos por donde anduvo Olivorio, lo he aprendido de generación en generación, con personas que conocieron y estuvieron junto a nuestro guía espiritual, y este vestuario que solo lo uso cuando se celebran actividades para recordarlo”, expresa Juan Segura. 

Segura fue captado con su uniforme, cuando participaba junto a otros seguidores de Olivorio Mateo Ledesma, en el primer festival de atabales, celebrado en la explanada frontal de la escuela primaria Mercedes Consuelo Matos, de esta ciudad, patrocinado por el Ministerio de Cultura, bajo coordinación del doctor Leopoldo Figuereo Agramonte. 

La destrucción del movimiento olivoristas de Palma Sola, de la que este lunes se conmemoran 53 años, con cuya acción los efectivos del Ejercito y de la Policía Nacional, mataron a cientos de indefensos hombres, mujeres y niños a tiros, culatazos, palos, algunos quemados al incendiarles las casuchas que ocupaban al momento de la acción, incluyendo al general Miguel Francisco Rodríguez Reyes, sigue siendo el referente de recordación del místico Olivorio Mateo. 

Fue en el “Dios, en el Mesías,” Olivorio Mateo Ledesma, en quien los hermanos Plinio y León RomilioVentura Rodríguez, este ultimo sobreviviente de la masacre, fallecido hace pocos meses a la edad de 92 años, en casa de familiares en Santo Domingo, en quien se inspiraron para la formación del emblemático movimiento místico-religioso conocido como Palma Sola. 

 Palma Sola es una sección de Carreras de Yeguas, en Las Matas de Farfán, San Juan, en cuyo lugar el Gobierno del Presidente Danilo Medina realiza el recrecimiento de la represa del mismo nombre. Algunos historiadores y estudiosos de las ciencias sociales de esta provincia, barajan la posibilidad de construir un pequeño museo justo donde se fundo el movimiento, para colocar allí, las fotografías que puedan aparecer de los hermanos Ventura Rodríguez, de Olivorio, recortes de periódicos, revistas y otros materiales relacionados.

 A 53 años de la masacre de Palma Sola, quienes han dado seguimiento a ese acontecimiento se formulan la pregunta sin respuesta, ¿por qué ese movimiento mesiánico o de Salvación Nacional pudo concentrar a tantas masas campesinas irredentas, hambrientas, famélicas, analfabetas, tras visitar el lugar se quedaron a residir allí, hacinadas en pequeñas casuchas construidas por ellos mismos, de tejamanil y techada de yaguas y otros objetos, en peores condiciones que sus propios hogares?. 

La Matanza: entre lo político y lo mágico religioso 
 Pasadas las elecciones del 20 de diciembre de 1962, ganadas arrolladoramente por el profesor Juan Bosch, candidato del Partido Revolucionario Dominicano (PRD), el poder represivo del Consejo de Estado, lastimado por la derrota sufrida por su favorito Viriato Fiallo, de la Unión Cívica Nacional (UCN), probablemente encontró el momento de hacer un “ajuste de cuentas” pendiente con un movimiento mesiánico que empezó a resurgir en los campos de San Juan de la Maguana tan pronto los vientos de libertad comenzaron a soplar en el país tras la decapitación de la dictadura de Rafael Leónidas Trujillo Molina. 

 El 28 de diciembre, Día de los Santos Inocentes, se produjo la matanza que aún conmueve la conciencia nacional, en momentos que el Presidente Electo iniciaba un periplo por diferentes países en gestiones propias del gobierno que iniciaría el 27 de febrero de 1963. 

Palma Sola, paraje del municipio de Las Matas de Farfán, fue la meca del movimiento religioso inspirado en las creencias del mesías popular Olivorio Mateo, caído en combate contra las tropas interventoras de los Estados Unidos en el 1922, tras años de persecución en las montañas sanjuaneras. 

El credo olivorista, todo un sincretismo que incluía desde ritos mágico religiosos, farmacopea, tradiciones del catolicismo y del protestantismo, patriotismo y nacionalismo hasta las prédicas de justicia social, se mantuvo oculto entre los campesinos de la zona por la represión yanqui de la ocupación 1916-1924, continuada por la dictadura trujillista, renaciendo con nuevos líderes después del 30 de mayo de 1961. 

 Las semillas del olivorismo que durmieron durante cuarenta años en el subsuelo del campesinado sureño volvieron a germinar, provocando el temor de los mismos intereses que acabaron con la vida del inspirador, que no perdieron tiempo en desacreditar el movimiento como paso previo a su aniquilación.

 Entre el 1961 y el 1962, el olivorismo renació bajo el nombre de Unión Cristiana Mundial, con himno, escudo y bandera, teniendo como líderes fundamentales a los hermanos Plinio y León Romilio Ventura Rodríguez, conocidos como “Los Mellizos de Palma Sola”, cautivando con sus prédicas a miles de seguidores, lo que provocó la persecución y el genocidio de que fueron víctima. 

 Previo a la matanza se montó el descrédito mediático Una obra que describe y analiza con criterios científicos el resurgir del movimiento mesiánico es la publicada por la socióloga y filósofa Lucitania Martínez titulada Palma Sola: Opresión y Esperanza, en la que incluso se encuentra una permanente reflexión sobre el estado anímico del campesinado dominicano tras los acontecimientos que siguieron al asesinato del dictador Trujillo.

La investigadora Martínez dice que “aunque la religión liborista fue perseguida tenazmente por los americanos y por Trujillo”, sus seguidores se mantuvieron fieles a lo que entendían la dignidad de sus creencias, “ya que fueron sus antepasados que la practicaron”. 

Entiende la autora, que si bien la Iglesia Católica Dominicana no participó de los planes para masacrar a los palmasolistas, tampoco se opuso al acoso que sufrieron sus fieles por parte de las autoridades del Consejo de Estado. 

 “La institución eclesial no podía ver esto con indiferencia, y debido a razones señaladas, aprobó la acción estatal posterior aunque sin rubricarla. Desde antes, la Iglesia no se esforzó por comprender y respetar el fenómeno social desarrollado en Palma Sola”. 

 El terreno para la matanza fue abonado con denuncias en los medios de comunicación de la época, sobre prácticas inmorales que se estarían produciendo en Palma Sola, como embarazos de adolescentes, hechicería, sacrificios de animales, embrujos y otras supercherías que atentaban contra las buenas costumbres dominicanas.

 “Enterado el país y la población de San Juan de la Maguana de ese “peligroso” movimiento, las instituciones sanjuaneras, los hombres de empresa, comerciantes, industriales, profesionales, las iglesias de todos los credos, en fin, todas las organizaciones públicas y privadas levantaron su voz de “protesta” y presionaron al gobierno nacional y local para que reprimiera ese “foco de superchería” que amenazaba con perturbar la paz del país”, refiere la filósofa y socióloga. 

 Una versión del periódico La Nación del 2 de diciembre de 1962 señala que los denunciantes pedían que la acción de las autoridades debía ser “rápida y fulminante”, como la amenaza de que si el Estado no actuaba con prontitud, la población iba a buscar la manera de poner fin al movimiento olivorista.

 La investigadora Martínez asegura que “dieron un plazo perentorio al gobierno que vencía el 12 de diciembre, para que pusiera coto al estado de intranquilidad pública. 

En el ultimátum no sólo se expresaba el apoyo a “cualquier” medida que se tomara para solucionar el problema, sino que, más aún, se responsabilizaba al Consejo de Estado de lo que pudiera suceder si el “pueblo” (nótese la manipulación del vocablo pueblo”), se hacía justicia por sus propias manos”. 

El periodista Santiago Estrella Veloz, quien estuvo en la zona como reportero de La Nación, recuerda que las autoridades civiles y militares optaron por aplicar tácticas dilatorias, tomando en cuenta que se encontraban en la víspera de las elecciones del 20 de diciembre, y que cualquier medida drástica podría empañar un proceso que era seguido por todo el mundo. “Se cerraron los caminos que llevaban al centro de Palma Sola y las demás ramificaciones del culto. 

Se prohibió portar armas blancas, debido a los rumores de que los “olivoristas” las usaban frecuentemente”, refiere Martínez. Se había publicado la versión de que los fieles de Olivorio Mateo habían repartido puñales ente sus gentes y que estaban transportando centenares de campesinos en camiones rumbo a Palma Sola entonando un estribillo que decía: “No mandará Viriato ni Juan Bosch/ mandará Plinio Ventura por obra de Dios”.

 En una entrevista con Don León Romilio Ventura Rodríguez, negó la versión de que tuvieran proclamas políticas, de que armaran a sus feligreses y de que fueran partidarios de Trujillo, como también se les acusó. 

 Don León Romilio (El Mellizo), como le conoce el pueblo, dijo no explicarse cómo pudieron acusar el movimiento de trujillista, si precisamente fueron víctima de la dictadura, que le mató sus ascendientes y dispersó la familia, hasta el punto de que la noche del magnicidio fue motivo de celebración. 26/122015.