Por: Cándida Figuereo/Especial Bohechioditial.com
bohechiodigital@gmail.com.---25/5/14..A lo largo de mi vida me he
equivocado en algo muy puntual. Siempre he creído que la mejor madre es la mía.
Esa convicción está tan arraigada en mi conciencia que nadie, absolutamente
nadie, podría convencerme de lo contrario porque entraría en complicidad con el
mutismo para no permitir que se derribe mi certeza.
Resulta, sin embargo, que todos los
hijos piensan igual que yo respecto a sus madres, lo que me agrada enormemente.
No obstante, aunque estoy equivocada aspiro a que cada quien demuestre que ama
a su madre por encima de todas las cosas.
Ahora bien, quien pretenda demostrar que
ama a su madre por sobre todas las cosas se llevará un tremendo chasco. ¿ Por
qué? Muy simple. Porque nadie, absolutamente nadie, ama más que una madre.
El amor de la madre es tan exclusivo, tan excelso, tan divino que no hay otro afecto que lo supere y
nadie lo puede explicar de manera convincente a pesar de las chácharas al
respecto porque es algo propio del altísimo.
Solo cada madre entiende perfectamente
por qué su amor es el mayor de todos los amores, es el más cristalino, el que
no engaña, el amor que no se quiebra.
Tener una madre es un lujo que a veces
los hijos no apreciamos en su justa dimensión. Y...cuando se ausenta de este
mundanal ruido, ¡vaya que la extrañamos!
Todo hijo que tenga a su madre debe adorarla y mimarla cada día, jamás
angustiarla. Por algo es nuestra madre y, puedes estar seguro, que aunque la
mamá no tenga tu conocimiento intelectual si fuere el caso, su amor es tan
amplio que lo sabe todo de ti aunque no te lo digas.
A la mejor madre, la mía que ya está
ausente, le he dedicado desde su partida esta canción de la autoría del
brasileño Lindomar Castiho, la que también hago extensiva a todas las madres,
previo a pedir excusas al autor por hacerme eco de las letras de su balada que dice así:
Mi madre, mi heroína.
En medio del camino recordé, aquella que
está tan lejos de aquí, tal vez está pensando en mi lo se, nostalgia como yo
debe sentir. Su pañuelo tan mojada en la partida y ese tren que se alejaba tan
veloz. Su voz tan dulce en mis oídos se quedó, no me olvido que ella fue quien
me dio vida. Madre mía, mi heroína, madre mía, eres mi flor divina. Madre mía,
mi heroína, madre mía, eres mi flor divina.
Yo le agradezco tanto a Dios por este
don, que mucha gente no comprende de verdad, yo tengo madre y otros lloran por
su amor, faltan palabras para mi felicidad. Hay tantas madres que sollozan
despreciadas , hicieron tanto pero nunca piden nada. Yo le agradezco tanto a
Dios por este don, porque mi madre siempre fue la más sagrada.
Madre mía, mi heroína, madre mía, eres
mi flor divina. Madre mía, mi heroína, madre mía, eres mi flor divina.
Esta es la canción que yo hice para ti,
mamá. Y en ella quiero simplemente decir que mi alma está vacía por la ausencia
de tu voz. Solamente me acompaña tu recuerdo, tus luchas y sacrificios. Tu
rostro ha madurado cuando yo estaba triste y la alegría de tus ojos cuando me
veía feliz. Ahora el pincel del tiempo pintó de blanco tus cabellos, esos
cabellos tan blancos como tu alma de madre. Hoy con mi canción,
quiero decirte que no encuentro palabras para expresar tu
cariño. Gracias mamá por todo, por tu ternura, por tu dedicación, por tus
lágrimas. Gracias mamá.