bohechiodigital@gmail.com, lunes 27 de Enero 2014---Según la Agencia de Noticias (EFE) de España, la República Dominicana, está impulsando la construcción y reparación de vías, sin embargo el sistema de tráfico y de transporte, para muchos, deja mucho que desear y los accidentes de tránsito en el país producen más muertes que el crimen organizado en todas sus modalidades.
Los accidentes de tránsito en la República Dominicana provocan 1.500 muertos y 3.000 lesionados al año, muchos de ellos amputados, según reveló recientemente el director de la Autoridad Metropolitana de Transporte (AMET), Juan Gerónimo Brown.
Para un país cuyas fuentes de ingresos principalmente provienen del turismo, la agricultura y el comercio, es fundamental construir un sistema de comunicaciones eficiente, con caminos, carreteras y autopistas de calidad que permitan el crecimiento económico y el desarrollo urbano.
Los expertos reconocen que el bienestar de las naciones está relacionado con el grado de desarrollo de su infraestructura.
Sin duda, crear infraestructuras es una inversión productiva por la que un país que quiere crecer e impulsar su producto interior bruto, debe apostar.
Así lo está haciendo la República Dominicana. Recientemente el presidente, Danilo Medina, inauguró la carretera San Pedro de Macorís-La Romana (sureste), una obra de gran importancia para el desplazamiento de los turistas porque une a La Romana -uno de los destinos turísticos más populares- con la capital en tan solo 50 minutos y con Punta Cana (este) -otro de los lugares que más visitan los extranjeros- en 40.
La Zona Colonial, en el centro de Santo Domingo, muy frecuentada por turistas, está repleta de obras cuyo propósito es la reparación de las calles y plazas. Otra inversión que activará la economía por el turismo que produce al ser el lugar más rico en arquitectura de la época colonial.
También se han inaugurado seis obras viales en la Línea Noroeste, y la carretera Cruce de Ocoa-San José de Ocoa -una obra en el sur del país reclamada desde hace 40 años-; se está construyendo, entre otras, la Circunvalación Norte de Santiago (norte) y, además, se va a licitar la construcción de la circunvalación Baní (sur).
Las infraestructuras son vitales para mejorar la productividad de un país, hacer que el comercio interno funcione y que éste genere empleos y a su vez reduzca la pobreza, e incluso para la atracción de inversores.
El Gobierno dominicano indudablemente está haciendo un esfuerzo por cumplir con los objetivos de dinamización de la economía e impulso del turismo y del comercio interior, facilitando el transporte de los productos agrícolas, es decir, por potenciar sus tres grandes fuentes de ingresos.
Se está haciendo una fuerte inversión en infraestructuras que hay que perfeccionar para que no caiga en saco roto.
Sin embargo, el sistema de tráfico y de transporte, para muchos, es muy defectuoso, y transforma el tránsito en el mayor de los caos, fundamentalmente en Santo Domingo y Santiago, que permanecen, a ciertas horas, permanentemente congestionadas.
Estos tapones provocan nerviosismo en los conductores y constantes conflictos que en muchas ocasiones terminan con actitudes violentas.
Para los expertos, es evidente que se hace necesario ordenar, organizar, regular, obligar y educar.
Tanto es así que la República Dominicana es el segundo país con la tasa más alta de muertes por accidentes de tránsito per cápita en todo el mundo, según un informe de Estado Global sobre Seguridad Vial 2013 de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los datos son, cuanto menos, alarmantes, teniendo en cuenta que en el siglo XXI contamos con unas herramientas que nos permiten encarar las contrariedades desde una perspectiva diferente, con las tecnologías.
Con todo lo positivo que tiene la globalización habrá que utilizar esos instrumentos, porque a pesar de las grandes dificultades que ello entraña es responsabilidad de los poderes públicos establecer fórmulas que aporten una visión global y que den solución a un gravísimo problema.
