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¿Somos los sanjuaneros pedilones?

Por Roberto Paulino 
bohechiodigital@gmail.com--jueves 26 de septiembre 2013- “Los sanjuaneros tienen dos graves problemas, una baja autoestima y una gran dependencia, le gusta que todo se lo pongan en las manos”.

  Esas palabras fueron pronunciadas por el obispo de San Juan, Azua y Elias Piña José Dolores Grullón Estrella, durante un acto en donde se daba a conocer la posibilidad de titular a los dueños de apartamentos.

 En la provincia de San Juan, no hay nadie que pida más que el propio obispo y que desee tener todo en sus manos para controlarlo y dirigirlo según sus propias conveniencias. 

 Si desear, o en dado caso pedir que se le otorgue un título de propiedad de manera gratuita por un inmueble del Estado constituye un pecado ¿Cuántos pecados no has cometidos el obispo? Todo el mundo sabe de la gran cantidad de bienes estatales que se le han entregados a José Dolores Grullón Estrella, muchos de ellos en detrimento de la población sanjuanera. 

 Mediante esa pedidera por parte del obispo, se les ha impedido a los habitantes del municipio, poder contar con instalaciones deportivas, mercados, parqueos, hospitales, parques de diversión etc. 

 Sencillamente porque los terrenos en donde se pudieron construir esas cosas, el flamante obispo lo pidió para construir templos e instalaciones católica. ¿Con que moral nos llama el obispo pedilones a los sanjuaneros? Mientras el pide a diestras y siniestra, una familia no puede pedir que se le exonere un titulo de un apartamento. 

 Señor obispo, la gloria de Dios es más valiosa que cualquier cosa, y él la concede tanto a rico como a pobre si hacen su voluntad, en tanto el Estado bien puede dar un título definitivo a quienes tienen apartamentos del gobierno. 

 Los sanjuaneros nos somos pedilones, somos gente de paz, de trabajo honrado, que nos levantamos con los primeros rayos del sol a labrar la tierra para ponerla a producir para todos los dominicanos. 

 Todo es lo contrario, nos cansamos de pedirle cosas al Estado, al ver que no nos las daban, dejamos de pedir, y por eso después de ser la tercera provincia en importancia, ahora somos la número 29.