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El Corozo-La Florida como en los tiempos primitivo, sin luz y los enfermos tienen que sacarlo en hamaca


Este reportaje fue motivado por la inquieta joven María de la Cruz Beltré, nativa de La Florida, el cual fue publicado en el mes de enero, en el Listín Diario.

bohechiodigital@gmail.com--sábado 21 de septiembre 2013---El Corozo es un paraje de la sección La Florida. Pertenece al distrito municipal La Zanja y está ubicado unos 16 kilómetros de San Juan de la Maguana. 

Sin embargo su cercanía con el Distrito Municipal de Buena Vista-Yaque, sus residentes buscar los servicios a dicha comunidad, situada a unos 8 kilómetros de carretera estrecha, empinada y empolvada, pero con el frío característico de la zona. 

No sabíamos que el minibús que nos transportaba no era el adecuado, pero valió la pena estar en este lugar, que antes del año 1988 se subía en mulos, caballos, burros y a pie, “donde las ramas de los árboles maltrataban la piel y los ojos”. Todo inició en 1988 cuando la comunidad decidió abrir una brecha a pico y pala, a manos de los hombres.

En la actualidad, cada año, 21 de enero con motivo de las fiestas altagracianas “se le pasa un greddar con ayuda de la comunidad y a veces el Ayuntamiento de San Juan”, dice Carlos de la Cruz (José), presidente de la capilla La Altagracia.

Mientras, sus hijos Roberto y Jorge de la Cruz Lorenzo, de 33 y 38 años respectivamente, que se trasladaron desde Capital, hacen un acto de genuflexión al besarle la mano a su padre, costumbre de respeto que aún conservan desde niños. 

 Necesidades En el Corozo, no hay energía eléctrica, se alumbran con cuaba o lámparas de gas. Solo hay una escuelita que llega hasta el tercero de básica y el profesor es director a la vez, pagado por el Ministerio de Educación y se traslada de San Juan de la Maguana. 

Llega el lunes e imparte clases martes, miércoles y jueves y este día regresa de nuevo a San Juan de la Maguana. Al no existir continuidad en los estudios los jóvenes, a temprana edad, tienen que trasladarse a otros lugares, principalmente a la Capital, por lo que solicitan un liceo, señala el líder de la comunidad Pedro Moreta Ramírez, quien es mayordomo en un residencial en el ensanche Evaristo Morales de la Capital y que siempre participa de las fiestas. “No hay educación avanzada, por eso se casan a una edad temprana. 

Aquí se vive de la agricultura, produciendo habichuelas, maíz, yuca y auyama”; y agrega que no hay dispensario médico, tienen que salir con el enfermo en una hamaca, porque no tienen clínica rural cercana. 

 Pedro Moreta Ramírez, no se da por vencido. Nos cuenta que El Corozo decidió crear una Fundación de ayuda comunitaria con el nombre de Estudiantes Juntos Ejerciendo Metas para Lograr Objetivos Soñados (ejemplos), por lo que aclaman por una ayuda para los jóvenes de esta tierra virgen, no tocada todavía por la delincuencia. 

 Estos hombres comunitarios, al igual que José Manuel de los Santos, miembro de la capilla, albergan la esperanza de que pronto se les atenderá sus peticiones. Saben que por mediación a la Virgencita de La Altagracia el Presidente Danilo Medina escuchará sus deseos de hacerle una clínica, una escuela con condiciones vitales y el arreglo de la carretera que conduce de Cacheo-Florida-Yaque. 

 LA FIESTA ALTAGRACIANA.. En El Corozo, cada 21 de enero en honor a la Virgen de la Altagracia, manifestación que celebra la familia Cabrera hace más de 100 años. 

Más de 500 personas estaban en la fiesta, donde la comarca, los palos, la mangulina y el merengue son parte de la fiesta que tiene una duración de cuatro días. 

El día 15 comienzan los preparativos de la fiesta dedicada a la Virgen de La Altagracia. Carlos de la Cruz (José) se encarga también de la logística de la fiesta, supervisa, ordena y brinda atenciones, sin descuidarse de su misión. La comida, las bebidas, la decoración del altar, la pintura de las dos capillas ya están limpias. 

Son las 4:00 de la tarde del domingo 20 de enero, víspera del día de la Virgen de La Altagracia. En la capilla bailan comarcas frente al altar. Los devotos se preparan para hacer el recorrido o procesión por la comunidad con los santos vestidos. 

Muchos tienen promesas, otros tienen misiones qué cumplir y otros llegan de los diferentes puntos del país para participar de esta celebración y encienden velas y velones para pedir favores. Mientras tanto cantan salves dentro y luego van saliendo del local con un ritual que conlleva, además palos o atabales. 

 Ya son las 5:00 de la tarde y estamos preparándonos para hacer el recorrido, que suspendimos cuando nos informaron que bajaban del cerro a la medianoche, siete horas, visitando cada casa de los devotos, además de subir uno o dos cerros donde se canta y se reza. 

Es la costumbre de una comunidad que cada año se siente más que satisfecha y conforme de lo que ha hecho su protectora, la Virgen de la Altagracia, con todos y cada uno de sus habitantes.