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Danilo expresa consternación asesinato oficial y pide Justicia sea más enérgica



Sato Domingo-4 julio 2003----Con rostro de indignación el presidente Danilo Medina expresó la tarde de este miércoles que hace falta que la justicia dominicana sea más enérgica con los delincuentes, reacción que se produce a raíz del asesinato de la joven oficial militar Zuleyca Ponciano Solano. 

 La malograda oficial, quien dentro de las Fuerzas Armadas servía al Departamento Nacional de Investigaciones (DNI), tenía como servicio asignado brindar seguridad a dos hijas del Presidente de la República. 

 El jefe del Estado “desnudó” una grave situación de debilidad del sistema judicial-carcelario del país, al referir que según la información preliminar de que dispone, el sospechoso de malograr la vida de la oficial militar apenas tenía 15 días que había salido de prisión.

 “Ya (esa persona) estaba suelta y mira lo que hace”, invocó sorprendido y en tono apenado el mandatario refiriendo el caso del ex reo que a tan solo dos semanas de salir de la cárcel se cobró una víctima mortal. Abundando en sus declaraciones el presidente Medina argumentó que ese tipo de delincuentes “acechan a las víctimas y actúan”. 

 El gobernante asistió a la Funeraria Blandino de la avenida Sabana Larga, municipio Santo Domingo Este, donde ofreció sus condolencias a los familiares de la segundo teniente del Ejército Ponciano Solano, asesinada la madrugada del miércoles en el sector El Rosal. 

Medina llegó a la funeraria a las 6:20 de la tarde, acompañado de sus hijas Sibelly y Ana Paula Medina, quienes vestidas de negro, en todo momento se mostraron muy apenadas por lo sucedido. Se encaminaron hacia la capilla donde son velados los restos de la malograda oficial, escolta de ambas jóvenes. 

 La familia presidencial externó su pesar por el lamentable hecho de sangre a los padres de la teniente, señores Luciano Ponciano y Altagracia Solano, La teniente asesinada se gradúo con honores de la Academia Militar en el año 2011 y a seguidas fue asignada a la Dirección Nacional de Investigaciones, desde donde pasó al cuerpo de seguridad de las hijas del presidente Medina.


Oficial era hija aplicada que soñaba con terminar su carrera

La obediencia y la buena aplicación normaron los 24 años de vida de la oficial Ponciano Solano, Desde pequeña sonó con ser militar, porque entendía que con ese oficio podría llegar a la universidad a estudiar la carrera de su sueño: Relaciones Internacionales. Al momento de ser vilmente asesinada la segunda teniente cursaba el cuarto semestre en la Universidad del Caribe (Unicaribe), en Santo Domingo. 

 Hija de Luciano Ponciano (Rómulo) y Altagracia Solano Eusebio, Zuleyca era la menor de tres hermana, que decidieron un día irse a la Capital a estudiar para cambiar su situación económica y de vida y alcanzar niveles de profesionalidad. 

 Es así como terminado el bachillerato, se examinó en la Academia Batallas de la Carrera, en San Isidro, para alcanzar la oficialidad militar, graduándose con honores. Desde niña fue muy obediente y aplicada, iba a la plantación de cacao a recoger granos que picaban los ratones, para venderlos y pagar su pasaje para ir al liceo de Hato Mayor”, contó con sollozos su padre Rómulo Ponciano. 

 Recordó que “su niña”, como todavía la llamaba, era muy amorosa con la familia, a quienes siempre les traía dulces y caramelos, dejó a sus padres el cuidado de su hija Solide Naney Carmona Ponciano, de un año a quien dejó en la orfandad y que procreó con su esposo, el teniente académico, Vladimir Carmona Sánchez. 

 Aspiraba con los ahorros que hacía junto a su esposo, Vladimir Sánchez, adquirir su propia casa en Santo Domingo, donde había determinado vivir junto a su hija. Salió de la Academia Batalla de las Carreras en el 2011 y se pasó a la Dirección Nacional de Investigaciones (DNI), de donde fue asignada al cuerpo de seguridad de las hijas del presidente Danilo Medina. 

Santa Ponciano, tía de la víctima y quien tuvo la responsabilidad de ayudarle a costear y cuidar a la oficial asesinada, reveló que la delincuencia le arrancó una buena parte de la vida a la familia Ponciano Solano, tras indicar que era una militar de carrera que proyectaba futuro para el país. 

Aprovechó para implorar a las autoridades policiales y militares que den con los responsables de la acción criminal y lleven a la justicia para que paguen por el crimen cometido.