En las incautaciones de esos objetos, a estudiantes de todos los niveles del bachillerato, ha intervenido la Policía Escolar, los directores de las tandas vespertina y matutina del plantel y la fiscalizadora de paz Petronila Sánchez.
Los estudiantes introducen las armas y las bebidas en sus mochilas y son detectadas en requisas periódicas en las aulas. Las autoridades tienen el temor de que los estudiantes usen esas armas en enfrentamientos con sus compañeros de plantel y para cometer otros actos reñidos con la ley, situación que podría volverse “inmanejable”.
El supervisor de la Policía Escolar en la provincia, capitán Luis Mateo, reveló que en una ocasión encontró a un estudiante encañonando a otro, dispuesto a dispararle con una escopeta de fabricación casera, hecho que le obligó a tomar rápidas medidas para impedir “que ocurriera lo peor”.
El director del Distrito Escolar 02-05, licenciado Darío Lendof de Óleo, realizó ayer una reunión de emergencia que se extendió por varias horas, para discutir las alternativas que impidan que los estudiantes sigan introduciendo esos objetos al plantel. Asistieron representantes del Ministerio Público, la Regional Oeste de la Policía, las autoridades educativas y de las asociaciones de padres, amigos y tutores del plantel, quienes decidieron realizar con más frecuencia las revisiones de mochilas en las aulas.
Decidieron, además, reclamarle a los padres un mayor control de las actividades de sus hijos y les advirtieron que los estudiantes reincidentes en la introducción de armas y bebidas al plantel serán sometidos a la justicia.
