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Historiador dice: Bohechío es Behechío

 bohechiodigital@gmail.com---12 de marzo 2013----A la llegada de los españoles a nuestra isla en 1492, lo que hoy es la región Enriquillo en el sur del país, formaba parte del cacicazgo de Jaragua (Xaraguá), cuyo cacique era el valeroso e intrépido Behechío (No Bohechío, según el historiador barahonero  José A. Robert). 

La capital del cacicazgo era la villa denominada La Yaguana, localizada en lo que hoy es la capital haitiana Puerto Príncipe. Según relata Robert, en su obra, Evolución Histórica de Barahona, el cacicazgo de Jaragua era el más importante de la isla La Española y sus habitantes los más laboriosos, hospitalarios y festivos.

Cita el autor que el Padre Las Casas, en su momento, escribió lo siguiente: “El cuarto reino es el que se llamó de Xaraguá, este era el meollo o médula de toda aquella isla”.

 La Matanza de Jaragua, así como la sublevación de Enriquillo en la Sierra de Bahoruco y la posición que ocupaba Behechío entre los caciques, a quien los demás respetaban y veneraban como la suprema autoridad espiritual y corporal de toda la isla, nos hace ver, claramente, que Jaragua era el cacicazgo más importante, el centro del desarrollo de aquel territorio al momento de la colonización.

 Hoy, 521 años después de la conquista, por parte de los españoles, nos encontramos en una situación totalmente diferente, pues, la Región Enriquillo no es el centro del desarrollo de la República Dominicana, sino todo lo contrario.

 El alto porcentaje de analfabetismo, el desempleo, la desnutrición, la mortalidad materno-infantil, la baja inversión tanto pública como privada y otros indicadores, no menos importantes, nos colocan a la zaga con relación a otras regiones del país.

 Si hacemos un breve recorrido histórico, desde el momento de la colonización española hasta nuestros días, podríamos identificar las causas que han determinado que esta zona del país no haya experimentado un desarrollo económico, cultural y social que se corresponda con el potencial, en cuanto a los recursos naturales que posee.

 Esto nos podría ayudar a planificar las acciones futuras para nuevamente emprender el vuelo hacia el progreso y el bienestar común. No deberíamos sentarnos simplemente a soñar, porque en definitiva los sueños, sueños son, sino a organizarnos y emprender planes y programas que nos conduzcan a un verdadero desarrollo integral, donde la empresa privada juegue un papel protagónico en todos los escenarios y Estado Dominicano sea un ente regulador que apoye las iniciativas de desarrollo y prosperidad. 

Considero importante que hay que cambiar el paradigma, el esquema que tenemos de que el Estado sea el principal empleador y no la empresa privada. Debe ser todo lo contrario, tal y como ocurre en otras zonas del país, donde la empresa privada es quien hace las mayores inversiones y que produce un buen porcentaje de los empleos, además, es la gran generadora de bienes y servicios.

En las cuatro provincias de la Región Enriquillo, esto es, Pedernales, Independencia, Bahoruco y Barahona, el Gobierno Dominicano y los Ayuntamientos constituyen la espina dorsal de la economía familiar, pues, tienen el más alto porcentaje de los empleos de la zona. Además, una buena proporción de los empleos en la empresa privada no son de calidad. Citamos el caso de los miles de personas que realizan el trabajo de motoconchista, empleados de pequeños negocios y chiriperos.

Esto no puede continuar así. Esta situación debemos y tenemos que cambiarla, ya que el desarrollo de una Región como la nuestra no puede depender única y exclusivamente del Estado. Usemos inteligentemente las riquezas que poseemos, comenzando por la calidez de nuestra gente, el candente sol, las tierras, las minas, las playas, las montañas y el viento. 

Usemos también, y de manera correcta, nuestras aguas interiores (ríos, lagos y lagunas) y explotemos racionalmente nuestra costa caribeña, rica en mariscos y peces. Si lo hacemos, podríamos volver a ser lo que éramos en el año 1492 (o algo parecido) y esto es posible, ya que la Región Enriquillo es la más bella, la más hermosa y la más rica en recursos naturales de todas las regiones de la República Dominicana.

¿Alguien puede decir lo contrario? No olvidemos, nunca, el slogan de Monseñor. José Dolores Grullón Estrella, Obispo de San Juan de la Maguana: ¡Si Queremos, Podemos!