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Los atípicos primeros 100 días de gobierno de Danilo Medina

bohechiodigital@gmail.com...Aspeto social. El presidente Danilo Medina es un hombre parco, pero sencillo, un hombre de campo, aunque conserve pocos nexos con su comunidad de origen en Distrito Municipal de Arroyo Cano, San Juan de la Maguana. 

Siempre ha apelado a los sentimientos y a lazos de familiaridad: Amor, corazón, paternidad; pero también a la autoridad y a un régimen de consecuencias, al menos así lo hizo constar en su discurso de toma de posesión.

 En su corta estancia en la casa de Gobierno, Medina ha demostrado dos virtudes políticas: solidaridad con los desposeídos y cierto grado de sinceridad. Durante la campaña electoral visitó la olla del Lago Enriquillo para constatar la situación en que están los pequeños productores agropecuarios, y antes de cumplir los tres meses en el Gobierno regresó sin avisar, con poca parafernalia, a tomar las decisiones. 

Todo lo contrario al presidente de su partido, el de la Liberación Dominicana, y ex presidente, Leonel Fernández, quien visitó la zona a inicios de 2010, prometió, no cumplió, y no tuvo cara para volver durante el pasado proceso electoral, cuando salió a promover a Danilo y a sí mismo por todo el país. Para hacerle honor la verdad, al igual que el déficit y la reforma fiscal, Leonel Fernández le dejó la “papa caliente” del lago Enriquillo a Danilo. 

 Cuando las tormentas Isaac y Sandy pasaron cerca del país dejando a su paso copiosas lluvias e infraestructuras dañadas, Danilo Medina salió a supervisar personalmente los daños y a visitar comunidades afectadas como La Barquita, donde ofreció ayudar en la búsqueda de una solución habitacional y a los servicios básicos del sector en coordinación con la iglesia y las organizaciones sociales del sector. 


 Ha impuesto la puntualidad en los funcionarios públicos, erradicando el mal ejemplo de su antecesaor, y ha sido respetuoso, al menos públicamente, del derecho de la ciudadanía a protestar e ir a Palacio a llevar demandas. Por primera vez, una marcha a Palacio ha sido recibida de buena forma por parte de la Policía Nacional y con botellitas de agua para calmar la sed y el calor. Esto ha ido disminuyendo la crispación tradicional entre Gobierno y grupos de presión. Su personalidad y ese interés humanitario le han granjeado el apoyo hasta de sectores críticos y adversos, que en estos momentos consideran hay que darle tiempo y hasta apoyarlo en su gestión. 

Esta actitud le brinda a Medina un compás de espera en momentos de fuerte crisis económica y de un déficit fiscal de 203 mil millones de pesos que ha traído consigo una reforma tributaria impopular. Antes de vencerse el plazo de los cien días tradicionales, Danilo Medina viajó a Montecristi y Pedernales. 

En la primera provincia visitó el proyecto portuario la Cruz de Manzanillo, del cual tomó la decisión de suspender el contrato con los empresarios del Cibao que lo estaban regenteando; y en la segunda provincia, Pedernales, dispuso la siembra de diversos rubros agrícolas en el proyecto Valle de Juancho. A pesar de que -se dice- trabaja incansablemente y sin mirar para los lados, saca tiempo para ver en el campo lo que se decide en oficinas con aire acondicionado en el Palacio Nacional y otras dependencias públicas. 

En un país en donde la población extrañó la presencia y preocupación de su principal autoridad, Danilo Medina se ha convertido en un fenómeno, y se le puede aplicar la popular frase: “En un país de ciegos, el tuerto es el rey”. Por: Patricia Báez Martínez.