Pasado el feriado de la Semana Santa, es hora de retornar al trabajo con vigor y enfoque creativo, a fin de hacer frente a los retos de ahorrar, mantener el crecimiento de la economía y ampliar el proceso de adecuación frente a los cambios impuestos por la crisis financiera global.
Es una tarea de todos impulsar la dinámica económica para lograr la reactivación de los sectores productivos y el fortalecimiento como nación ante un mundo cada vez más competitivo y complicado.
Se trata de un compromiso de alto interés nacional y, por tanto, no es competencia exclusiva del Gobierno o del empresariado. Desde su particular circunstancia, cada ciudadano puede ofrecer su aporte para la construcción de un mejor futuro. Los altos precios del petróleo y de los insumos alimentarios que se importan obligan a manejar con estricta austeridad los presupuestos domésticos. Hay que eliminar cualquier tentación o posibilidad inclinada hacia el derroche o el consumo de elementos prescindibles o superfluos.
En el sector público, tanto en el gobierno central como en las instituciones descentralizadas y en los cabildos, los recursos deben administrarse con disciplina y mediante un esquema invariable de prioridades para que los gastos sean de carácter prioritario y orientados hacia objetivos previamente establecidos.
Es necesario fortalecer la educación, ahorrar tiempo, dinero y energía si queremos obtener resultados favorables en todos los órdenes, con la ayuda de sistemas que sean el resultado de la planificación y no de improvisaciones, que siempre resultan trastornadoras. Urge aunar esfuerzos para alcanzar metas apreciables de progreso y desarrollo. De lo contrario, los planes oficiales y del sector privado carecerán del impulso necesario, habrá más desempleo y menos oportunidades provechosas.
Sin renunciar al disenso y a la libre y franca discusión de los grandes temas de la agenda nacional, los diferentes sectores deben entender la necesidad de desechar confrontaciones inútiles y de buscar una mayor unidad de propósitos para afrontar con éxito los desafíos comunes. El Caribe.
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