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LA CARA DE GUAYUYAL COMIENZA A CAMBIAR

GUAYUYAL.- Es un paraje de La Loma de Yaque y por ser la comunidad más pobre del municipio de Bohechío, las 27 familias que habitan en este pueblo a pocos kilómetros de la Cordillera Central, en la provincia de San Juan, dentro de poco tiempo serán ejemplo de superación y protagonistas de su propio destino.

Después de peregrinar al escarpar montañas, quemando predios para sobrevivir, y cuando creían perder la esperanza de una vida mejor, apareció una mano amiga. Reeditaron el convite, y hoy desarrollan varios proyectos sostenibles, en lo económico y social.

Para poder sobrevivir, los cabezas de familia abandonaban sus hogares los lunes, se internaban en las escarpadas lomas y montañas, quemaban árboles y malezas para cultivar pequeños predios de guandules, habichuelas y otros rubros, con cuya producción apenas sobrevivían, y retornaban a sus hogares los sábados por la tarde.

El presidente de la Asociación Fe y Esperanza, Ángel Ramírez, declaró que “ya no tenemos que internarnos por siete días en esas lomas, gracias a que la empresa Odebrecht, que construye la presa de Palomino, a pocos kilómetros del Guayuyal, nos hizo una propuesta de financiarnos el cien por cien la construcción de 27 nuevas casas, un invernadero para la producción de vegetales y una granja de gallinas ponedoras, cuya producción sería adquirida en su totalidad por ellos, como parte de los alimentos que preparan cada día para miles de trabajadores”.

Odebrecht ha aportado el ciento por ciento para la instalación del invernadero, con un sistema de riego por goteo, le compra toda la producción a los precios del mercado, financió también la instalación de la granja en la que hay decenas de gallinas ponedoras, cuyos huevos en su totalidad son comprados por la empresa constructora. Brasileña.

Asimismo, tienen una fábrica de producir abono orgánico, sólido y líquido, y todos los beneficios esas microempresas, después de pagar la renta de los terrenos, especializar un fondo para las eventualidades, se distribuye en forma equitativa entre las 27 familias.

Ramírez admite que de entrada pusieron en duda tal oferta, porque hace años que están esperando por promesas hechas por políticos que nunca llegan, y para aceptar lo que los ejecutivos de esa empresa, Sergio Zorzi y Jaime Collado, el primero de Brasil y el segundo dominicano, tuvieron que reunirse con la comunidad completa, y hoy la cara de Guayuyal comienza a cambiar radicalmente.

Se constituyeron en la asociación señalada, decidieron reeditar el desaparecido convite y dijeron manos a la obra; construyen las 27 casas para igual número de familias, todas idénticas, con 52.83 metros cuadrados, con dos habitaciones, baño, sala-comedor, galería y área de lavado; el piso es de cemento pulido y, aunque todavía no disponen del servicio de energía eléctrica, las viviendas están dotadas de sistema de iluminación.

Ramírez dijo que hoy ya pueden decir que son seres humanos,