Santo Domingo.- Cuando se busca ganar la voluntad de alguien con determinados fines, se hace uso de la adulación o lisonja, cualidad de quienes utilizan las alabanzas de manera a veces exagerada con el fin de agradar a determinada persona y ganar su favor. De esta cualidad negativa fueron víctimas, en toda la historia y hasta la actualidad, monarcas, reyes, nobles y personalidades ligadas en determinada medida al poder.
Según la psicóloga Ana Mirtha Vargas: “Un halago es real cuando se trata del reconocimiento de una conducta que es plausible, meritoria, cuando una persona ha hecho algo digno o loable”. No nos equivoquemos, el buen reconocimiento es sano, pues refuerza una conducta y también motiva al halagado a seguir manejándose de esa forma.
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