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Obispo de SJM niega promueva ocupaciones

SAN JUAN DE LA MAGUANA.-El obispol monseñor José Dolores Grullón Estrella negó hoy que apoye invasiones de terrenos públicos o privados.
En un trabajo titulado “Tierras de Quirino, botín de invasores, el periódico El Caribe afirma que esas invasiones cuentan con el apoyo del Obispado local.

Entrevistado sobre el particular esta mañana, por el periodista Manuel Espinosa, monseñor Gurllón Estrella desmintió la versión y dijo que no ha dado declaraciones a nadie de ese medio. Decenas de alegados campesinos sin tierra han estado invadiendo tierras que pertenecieron al extraditado ex capitán del Ejército QuirinoErnesto Paulino Castillo y que ahora se hallan en poder de la Procuraduría General de la República, así como otras propiedades privadas.

La última propiedad invadida fue la de Jesús Antonio Morillo, ubicadas en el kilómetro siete de la carretera San Juan-Las Matas.
Unos 39 alegados campesinos invadieron la propiedad, bajo la creencia de que pertenecían al ex oficial acusado de narcotráfico y preso en Nueva York.
Esas tierras están arrendadas al ingeniero Jorge Masigh, mediante un contrato que expira en el año 20012.

Paulino Castillo tenía dos fincas, una en el kilómetro 3 de la carretera San Juan-Las Matas, y otras en el kilómetro 20 de la misma vía.
La del kilómetro 3 había sido invadida, pero las autoridades desalojaron a los invasores y montaron un cuartel para evitar que la sigan invadiendo.

La Procuraduría General ha dicho que venderá la finca para construir una cárcel.
El obispo Grullón Estrella se mostró partidario de que a los agricultores que han ocupado las fincas que pertenecieron a Quirino se les vendan esos terrenos, si tienen recursos para comprarlos, pero enfatizó que no apoya esas ocupaciones.

Informó que hay empresarios interesados en adquirir esas tierras, al igual que grupos de agricultores y que los invasores son un tercer grupo que se suma a los interesados.
Los 39 alegados campesinos que invadieron la finca que creían de Qurino están presos en la Policía a la espera de que un juez decida su suerte.