SANTO DOMINGO, REPUBLICA DOMINICANA.- Para la psicóloga Mildred Nolasco, las cosas están bien claras: cuando un joven toma un estimulante sexual demuestra tener un pobre concepto de la sexualidad, además de que no lo hace por amor a su pareja, sino para satisfacerse a sí mismo.“La sexualidad masculina en América Latina y sobre todo en la República Dominicana, está muy marcada por el mito de la superioridad sexual por lo que, para un hombre sentirse seguro de su desempeño como compañero sexual (y no ante la pareja, sino ante si mismo), debe dejar de ser un humano para convertirse en un animal sexual”.
Hoy día es común ver jóvenes en plena adolescencia que van a las farmacias a buscar algún estimulante sexual.
“Ellos vienen y como si nada piden su pastilla. Son muchachitos que a veces usted le ve la carita que no pasan de 15 años” comentó la dependienta de una de las farmacias más populares en Santo Domingo y que prefirió el anonimato. De acuerdo con la joven, los días de más venta son los viernes y sábados por la noche.
