Lejos de resolverse, con avances judiciales a cuentagotas, el magnicidio que conmocionó al mundo sumió al país caribeño en un caos político, humanitario y de seguridad.
La sensación de vacío de poder ha empoderado a las temibles bandas criminales, que imponen el terror a su antojo: matan, violan, secuestran y saquean.
Hartos de tanto atropello, de tanta ausencia policial y de tanta corrupción, algunos haitianos empezaron a defenderse, a tomarse la justicia por su mano. Eso ha dejado escenas dantescas de linchamientos populares de presuntos pandilleros, que en ocasiones son quemados vivos en plena calle.
«Como un país en guerra»
Un cóctel explosivo en el considerado país más pobre de Latinoamérica, que en los últimos años ha sido víctima, además, de grandes desastres naturales y crisis sanitarias.
La situación es tan grave que, según dijo la ONU hace dos meses, es «comparable a la de un país en guerra». En una visita la semana a la capital, Puerto Príncipe, su secretario general, Antonio Guterres, pidió el despliegue de una fuerza internacional para ayudar a la policía haitiana a intentar pacificar el país.
«He sentido todo el agotamiento de un pueblo que se enfrenta desde hace demasiada de tiempo a una cascada de crisis y condiciones de vida insostenibles», dijo. «Ahora no es el momento de olvidar Haití», enfatizó.
El crimen por esclarecer
El declive del golpeado país caribeño se profundizó después del 7 de julio de 2021, cuando una veintena de mercenarios colombianos y haitianos entraron en la vivienda del jefe de Estado, cerca de Puerto Príncipe, donde se toparon con poca resistencia por parte del equipo de seguridad, mataron al entonces presidente en su habitación mientras dormía e hirieron a su esposa, Martine Moïse. Ella salvó su vida porque fingió estar muerta.
Hasta ahora, 11 personas han sido imputadas en EE.UU., entre las que se encuentran el narcotraficante convicto haitiano-chileno Rodolphe Jaar, quien a principios de junio fue condenado a cadena perpetua por proporcionar arma y dinero al comando asesino. Los otros diez están pendientes de juicio.
En total, entre Haití y EE.UU. hay más 40 detenidos, entre ellos 18 soldados colombianos retirados, el exsenador haitiano John Joel Joseph y el exfuncionario del Ministerio de Justicia de Haití, Joseph Félix Badio.
La investigación avanza con lentitud, todavía no se sabe quién es el autor intelectual del crimen ni quién aportó el dinero y las armas. Hasta el momento, cuatro togados se han desvinculado del caso porque han sido destituidos o porque han renunciado en circunstancias extrañas.
Fuente: RT