Por Bolívar Rondón
A Luis Rondón Marrero (1928-2020)
Amado padre, ahora en verdad te fuiste. A pesar de los vaticinios y voces agoreras que anunciaron por años tu partida de manera repetitiva salvaste cada vez los escollos de las adversidades que te presentó la vida, y rompiste en mil pedazos todos los pronósticos de expectativa de vida. Te despediste de este mundo terrenal en el tiempo preciso, el escogido por Dios, en el que siempre depositaste tu fe.
En tu paso dilatado, pero como el de todos, transitorio por el mundo como ente mortal nos diste grandes y valiosas lecciones de vida, y nos aportaste siempre lo mejor de ti; y no solamente a los que como nosotros tuvimos la dicha de pertenecer a tu descendencia, sino a toda una comunidad en donde naciste y desarrollaste todas tus actividades productivas, iniciando tus aportes a tu pueblo -Pimentel- y a la nación en el año 1943 con el más noble y altruista de los gestos de amor llevando por años el conocimiento a través del magisterio (Los niños y adolescentes de las comunidades de Caobete y la estancia) recibieron tus primeras enseñanzas didácticas y a quienes abriste los ojos al convertir trazados de lápices de carbón en sus cuadernos y de tiza en el pizarrón, de simples símbolos sin aparente sentido a letras, palabras y oraciones que les servirían para el resto de sus vidas y así dejar de caminar con los ojos vendados y arrinconados por la ignorancia; y apenas contabas con quince años de edad.
Agotado ese proceso decidiste continuar tu desarrollo personal e intelectual y salvando los escollos de la estreches económica y ayudado por tu adorada hermana, Esperanza, también maestra consagrada, lograste seguir ampliando tus horizontes logrando el título de Perito Mercantil (Contable, mecanógrafo, archivista, taquígrafo).
Tuviste a bien emprender una carrera fructífera en el área comercial, primero como empleado privado y luego como independiente y siempre bajo los estándares de honestidad, seriedad y compromiso de la palabra empeñada que te llevaron hasta el día de tu partida a ser respetado y valorado en justa dimensión.
Tu cariño demostrado a todos, desde los más pequeños a quienes siempre prohijaste, hasta los mayores, y sin distinción de ascendencia ni estatus económico ni social logró calar en los corazones de todos cuantos te conocieron y trataron, convirtiéndote en acreedor en vida de tantas manifestaciones de afecto sincero.
Pocas palabras bastan para resumir lo que en conjunto fuiste: hijo ejemplar, trabajador, honesto, emprendedor, consecuente, buen amigo, esposo, padre, proveedor de alegrías y de felicidad familiar y colectiva.
Tus huellas, dejadas en la tierra que te vio nacer están marcadas por la estatura moral de tus actos. Nada ni nadie las borrará aunque en su discurrir generaciones futuras pisen el mismo sendero por ti recorrido.
Tu legado permanecerá en nosotros y todos aquellos que de alguna manera tuviste a bien tocar de la única manera que sabías e hiciste: procurando su bienestar.
Nuestra madre, Estela, tu esposa inseparable por 65 años, tus hijos Guillermina, Bolívar, nietos, biznietos y las personas con quienes compartimos nuestras vidas, nos sentimos y sentiremos por siempre orgullos de ti. También tuviste múltiples oportunidades para expresarnos lo mismo.
Descansa en Paz. Siempre te amaremos y recordaremos.
Reciban los que lo quisieron y distinguieron en vida y preocuparon por el desarrollo de sus dolencias nuestro más sincero agradecimiento y también a aquellos que luego de su partida nos muestran su solidaridad. Familia Rondón Olivo.
Bohechiodigital.com, se une al dolor de la familia del amigo y colaborador de este medio Bolívar Rondón. Paz a su alma.
