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Qué se dice: El mal comío no piensa

Por Claudio Acosta
Aquí sabemos desde hace tiempo, y por experiencia propia, que el mal comío no piensa, una realidad que, refranes aparte, nutriólogos y nutricionistas se han ocupado de explicar mejor con sus científicas razones. 

Lo que no sabíamos es que, a estas alturas, fueran tantos desentonando en el idílico paisaje que nos han pintado los políticos que nos gobiernan. 


Un millón de personas no están bien alimentadas en la República Dominicana, donde además el 61% de los niños de seis a once meses padecen anemia, igual que el 34% de las mujeres en edad productiva. 

William Vigil, representante en el país del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (PAM) y quien nos dio la mala nueva, dice que esas estadísticas representan un gran reto para el país, aunque reconoció (menos mal) que se han observado avances en el combate de la desnutrición infantil crónica, la cual se ha reducido en un 7%. 

Por supuesto, no hace falta que un funcionario de un organismo internacional nos advierta sobre el gran lastre que representan esas estadísticas para que podamos alcanzar los famosos objetivos de desarrollo sostenible que el país se ha puesto como meta, pero como uno no escucha ni ve que nadie se ocupe de ese problema, ni se habla de los planes o las políticas públicas con las que se trata de revertir esa realidad, parecería que se está haciendo muy poco para rescatar a toda esa gente de su invalidante condición o que simplemente no le importa a nadie. 

A lo mejor es solo un problema de percepción y nuestras autoridades nos sorprenden mañana con todo lo que se está haciendo, y los logros alcanzados, para revertir esas lastimosas estadísticas. Como nos acaba de sorprender, con tan mala noticia, el representante del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas, que al menos fue tan “diplomático” que no nos dijo en nuestra propia cara que con tantos “mal comíos” este país no llegará a ninguna parte.