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Piden reducir pérdidas de alimentos para combatir el hambre

Reducir las pérdidas de alimentos puede mejorar la seguridad alimentaria en la India, el país con el mayor número de personas hambrientas del mundo (195 millones), según la Organización de la ONU para la Alimentación y la Agricultura (FAO). 


El experto de la FAO Robert van Otterdijk, que participó hoy en un congreso de la iniciativa “Save Food” en Alemania, destacó a Efe en una conversación por internet que “las pérdidas hacen que los alimentos sean más caros, lo que afecta a la seguridad alimentaria de los más pobres”. 

 Para una familia de agricultores de un país como la India, desechar parte de la producción significa tener menos para comer y, en caso de venderla, obtener menos recursos pese a necesitar “cada céntimo de sus ingresos” para alimentarse, según el especialista. Además, si hay pérdidas, la cadena de valor es menos eficiente y los productores encarecen los productos, perjudicando a los consumidores pobres de las ciudades que no pueden permitirse gastar más en comida. 

La India, donde un 15 % de la población pasa hambre, solo ha reducido un 37 % sus niveles de inseguridad alimentaria desde 1990, por debajo del objetivo del 50 % fijado a nivel internacional. 


En el estado indio de Andhra Pradesh, en la costa del golfo de Bengala, la FAO ha realizado un estudio sobre el funcionamiento de las cadenas de valor de cuatro productos básicos. 

 Respecto al arroz, el principal cultivo de la zona, Van Otterdijk subrayó que su “complejo” sistema de producción y distribución hace que las pérdidas sean mayores, principalmente durante su almacenamiento en molinos. Para evitarlo, llamó a enseñar a los productores buenas prácticas y mejorar las instalaciones donde se guarda el arroz evitando que se contamine. 

 En cuanto a la leche, de naturaleza perecedera, se observó que los pequeños ganaderos no tenían medios para refrigerarla, almacenarla o empaquetarla, de forma que tenían que producirla por la mañana y llevarla pronto a los puntos de recolección en las aldeas. 

El problema era que si tardaban en hacerlo la leche se echaba a perder, mientras que en muchas fábricas de queso o mantequilla la rechazaban a menudo porque no era de suficiente calidad y luego ya no se podía vender en el mercado.

 “La solución pasa por cuidar la salud de los animales para aumentar la calidad de la leche, mejorar la higiene y tener buenos contenedores para conservar la leche y transportarla” sin interrupciones, dijo el técnico de la FAO. Con el mango, el que llaman “el rey de las frutas” en esa zona, se perdía hasta un 40 % de la producción. 

Van Otterdijk precisó que los agricultores están desesperados por obtener ingresos y adelantan el cultivo de mangos antes de tiempo aunque luego no puedan venderlos en el mercado, por lo que instó a facilitarles préstamos, ayudas estatales y capacitación. 

También apuntó que en la etapa de transporte los mangos suelen ir en la parte baja de camiones sobrecargados y su estado empeora por los aplastamientos, los golpes y las altas temperaturas. Más optimismo despertó el estudio de los garbanzos de Andhra Pradesh, una de las regiones de mayor producción del mundo. 


 Allí “no hay pérdidas significativas”, sostuvo el experto, que citó motivos como la buena organización de la producción y la distribución, la maquinaria y los almacenes de los que disponen los agricultores, o la cercanía entre los centros de producción y consumo. 

Según datos de la FAO, 1.300 millones de toneladas de alimentos se pierden o se desperdician al año en el mundo, lo que supone un tercio de la producción total para el consumo humano y conduce a un aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero. EFE.