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"Cualquier ataque a Corea del Norte supondría el fin del mundo tal como lo conocemos"


Alejandro Cao de Benós trabaja para el gobierno de Corea del Norte desde hace 25 años, en calidad de "delegado especial" en Occidente. Vive entre Pyongyang y Tarragona (España) y sus palabras representan hoy en día al Gobierno de Kim Jong-Un. 

Hemos querido hablar con él para sondear cuán peligrosa es la actual escalada de tensión en las relaciones entre Estados Unidos y Corea del Norte. Nos interesa hablar del arsenal nuclear norcoreano y de su alcance, pero también desentrañar el momento político que atravesamos: es decir, cuánto hay de ruido y cuánto hay de verdadero riesgo en toda la retórica belicista que ambos gobiernos están empleando. Nos atiende por teléfono desde Tarragona. 

 A.C.: Las sanciones de Estados Unidos no sirven absolutamente para nada, porque las llevan implementando desde la creación de la República... El programa nuclear norcoreano se basa en el propio desarrollo interno del país. 


El uranio y el plutonio proceden de minas propias; los científicos son ciudadanos norcoreanos y los aparatos que se usan están fabricados en la propia nación. Corea del Norte sigue una política de autarquía en la que busca desarrollarlo todo por sus propios medios sin depender de otras grandes potencias. Por lo tanto, las sanciones son absurdas, son parte de la asfixia a la que quiere someternos el gobierno de los Estados Unidos. 

RT: Con respecto a la Bomba H, ¿a usted le consta personalmente que Pyonyang tiene esa bomba lista para su uso? 

 A.C.: Lógicamente, yo no me encargo de la defensa del país, pero estoy seguro de que cuando nuestro gobierno hace algo o muestra algo -como en el caso de la última prueba nuclear- los sismógrafos y los expertos estadounidenses saben leer perfectamente qué tipo de detonaciones se han llevado a cabo. 

Corea, normalmente, cuando muestra algo es porque lo tiene. No es como los Estados Unidos, que están amenazando con un portaviones que resulta que va en dirección contraria: el Carl Vinson, cuando Trump informó al mundo de que se dirigía hacia la peninsula coreana, resulta que estaba yendo hacia el sur, a hacer maniobras en Australia. Eso demuestra que Trump no tiene ni conocimiento ni control de su propio Ejército. leer más aquí. 22/04/2017.