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"PAPELETA MATÓ A MENÚ; MOROCOTA ACABÓ CON TÓ"


Por Carlos Rodríguez*
La hermenéutica, ("menéutica", le dice saviamente el pueblo) esa útil herramienta que conciente o inconcientemente las personas propenden a aplicar para establecer (si en verdad existe) algún punto de inflexión, dónde puedan coincidir la prática y el discurso de quien lo emite, permite visualizar dos razones lógicas, aunque no declaradas, para que el Colegio Médico Dominicano, alegando una pretendida intención gubernamental de privatizar los servicios de salud, se oponga a que los hospitales facturen la atención en salud que dan a los afiliados de la Seguridad Social en las administradoras de riesgos de salud (ARS): 

1.- Que las clínicas privadas y los especialistas continúen captando a los pacientes y sigan imponiendo sus altas tarifas de cobro de co-pago o cuotas moderadoras a los afiliados, mantener el predominio de la información asimétrica en el sistema de salud, lo que implica que el paciente haga lo que el médico indique, independientemente de lo que establecen los protocolos de atención; y que estos no tengan oportunidad de ir a los hospitales públicos a resolver sus problemas de salud,, con costos amigables. 

Resulta en este orden que luego del Presidente Danilo Medina disponer el desmonte o eliminación del pago de la cuota de recuperación en los hospitales públicos, debido a los bajos sueldo que devenga el 80 por ciento de los trabajadores formales que cotizan al SDSS (entre 8 mil y 20 mil pesos mensual) decenas de miles de empleados públicos y privados afiliados a la Seguridad Social en el Régimen Contributivo en las distintas ARS, optan por irse a los hospitales públicos donde no tienen que pagar por una sola consulta en clínicas privadas co-pagos de $500, $1 mil, $1 mil 500, $2 mil y hasta $2 mil 500, que representan hasta 25 por ciento de su sueldo. 

Entonces el Colegio Médico Dominicano, cuyo control absoluto en el fondo lo ejercen los intereses económicos de las sociedades médicas especializadas y en estrecha alianza estratégica con las clínicas privadas para que nunca entre en vigencia el nuevo modelo de atención o la atención primaria en salud, visualiza que si esos afiliados son captados por los hospitales públicos, entonces saldría perjudicado el negocio de esos centros privados. 

Adicionalmente, en ese orden también cabe observar que mientras en los hospitales públicos pululan las huelgas médicas por mejores salarios y condiciones por ir a trabajar 103 minutos dos o tres días a la semana ¿habrase visto alguna vez un reclamo, una demanda o que el CMD haya desarrollado algún movimiento reivindicativo contra la inmisericorde explotación laboral que ejercen las clínicas privadas en perjuicio de cientos de médicos generales que trabajan para ellas, especialmente en las áreas de emergencia hasta 36 horas corridas por hasta 20 mil pesos al mes?.

Mientras los afiliados de las ARS se atienden en los hospitales públicos sin que éstos puedan facturarles, éstas se quedan con el dinero que debían pagar por los servicios que reciben sus afiliados. Aquí procede agregar que confore.establece la 87-01 en un hospital el afiliado sólo tendría que pagar un co-pago de apenas $100 (cien pesos) pero si no dispone de ellos sólo tendría que alegar sus derehos constitucionales y nada se le puede cobrar. 

Sería, pues, cuestión de conciencia. 
No es posible que después de 15 años de vigencia de la Ley 87-01 que creó el Sistema Dominicano de Seguridad Social (SDSS) y de nueve años aplicándose en nombre de una supuesta "gobernabilidad" la caricatura del Seguro Familiar de Salud (SFS) denominada Plan de Servicios de Salud (PDSS) en el ámbito de la salud, los jefes del Colegio Médico Dominicano no alcancen a entender que la Ley 87-01 constituye la fuente de financiación de la salud en la República Dominicana. 

Entonces eso equivale a decir que con su actitud ese actor pretende mantener la reproducción de un terrible círculo vicioso en que los hospites se quedan sin poder captar del Sistema los recursos que necesitan para mejorar su capacidad resolutiva, acusando un gran deterioro y generando razones para que entonces el propio Colegio Médico pueda enarbolar repetitivas demandas a los gobiernos para que inviertan en un sistema de salud que, para ciertas conveniencias, al final seguiría siendo un enorme saco roto. 

Esto, repito, mientras las ARS se quedan con la plata que debían recibir esls centros y no menos pecaminoso, mientras las clínicas se expanden en espacios físicos, equipos tecnológicos y en captación de "clientes".

 2.- Podría sonar de temerario afirmarlo, pero como conclusión el otro trasfondo lógico en la posición del gremio médico puede advertirse que esa institución lucha para que, en lugar de mejorar, el sistema público de salud, éste empeore, pues si el sistema mejora, entonces el CMD perdería su vigencia gremial y con ello la justificación de su existencia, pues lo cierto es que esa institución de Ley nunca ha trascendido a esa visión. 
El autor es periodista reside en Santo Domingo. 11/07/2016.