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Un inocente en una mazmorra

Por Rubén Moreta
  Arsenio Quevedo, logró en pocos años aglutinar treinta y cinco mil chóferes y construir 445 sindicatos, asociaciones y empresas del transporte,y afiliarlos en una poderosa federación choferil: UNATRAFIN. 

Eso produjo ronchas en caudillos envidiosos que creen que el negocio de transporte de pasajeros es una herencia solo de ellos. Arsenio Quevedo con una nueva mística, su don de gente, caballerosidad, carisma y mucho trabajo junto a un gran equipo, logró convertirse en un líder del acarreo masivo de pasajeros en toda la República Dominicana.

 Eso ha molestado a esos malvados que el periódico El Nacional justamente definió como “los dueños del país”. Quevedo, aunque es fundador en San Juan de la Maguana del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), se maneja con un criterio institucionalista, sin amarres con el gobierno, ni persiguiendo dádivas de las alturas del poder, sino trabajando de sol a sol, imprimiéndole un nuevo estilo de atención a los usuarios del transporte público. 

  La UNATRAFIN de Arsenio Quevedo es la entidad que ha tenido el más rápido crecimiento en el transporte organizado, lo que ha generado celos y bajos instintos de los competidores, llegando a querer destruir a su líder,inventándole un expediente aberrante y monstruoso. 

 El éxito de Quevedo era motivo de mortificación de sus competidores, por lo que urdieron un siniestro plan para sacarlo del negocio, y al efecto, con la complicidad de la Fiscalía del Distrito Nacional y del Jefe del Ministerio Público, han pretendido humillar al líder choferil sureño, enclaustrándolo en una mazmorra. La privación de libertad del Profesor Arsenio Quevedo es abusiva.

El expediente temerario instrumentado en su contra es una fantasía descabellada y grosera, y una acción abusiva del Procurador General de la República Francisco Domínguez Brito y de la Fiscal Yeni Berenice Reinoso en contra de un ciudadano que solo ha hecho grandes aportes al país a través del deporte y la cultura, la organización del transporte y el ejercicio decente de la política.

 Está bueno ya de tanta injusticia y atropello en contra de Arsenio Quevedo. Pongan en libertad a ese hombre, sigan el proceso en los tribunales, y él les demostrará sobradamente su inocencia en el juicio. Mi amigo Arsenio Quevedo, a quien conozco desde mis inicios en el periodismo, no es asesino. Es un humanista, un deportista, un hombre decente. Abusadores.

 El autor es Periodista y Profesor UASD. 20/05/2016.