En mi condición de periodista de los que no le gusta hablar de oída, decidí recorrer palmo a palmo cada población de la República Dominicana, que el Presidente y aspirante a la misma posición Danilo Medina Sánchez, ha visitado en actividades proselitista con miras a continuar dirigiendo por cuatro años más los destinos del país.
En estos recorridos, concentraciones, marcha-caravanas, juramentaciones, proclamaciones y presentaciones de candidaturas a senadores, diputados y alcaldes, en todo el territorio nacional es apreciable, hasta este momento, que el Presidente Medina ganará los comicios del próximo 15 mayo con más de un 55 por ciento de los votos a nivel nacional.
Al margen de las encuestas publicadas recientemente, muchas de ellas amañadas y otras de gran nivel profesional y moral, lo que he podido sentir en las calles, vías, carreteras, callejones, parajes, distritos municipales, municipios cabeceras y provincias del país, es un sentimiento mayoritario de un pueblo que quiere continuar con el Presidente Danilo Medina y el Partido de la Liberación Dominicana al frente de la conducción del Estado. Esa es la verdad.
Otras de las cosas que podido observar durante este tramo de la campaña electoral y que me han impactado de manera muy profunda, es los niveles de pobreza extrema en que aún permanecen importantes franjas de dominicanos y dominicanas en algunas comunidades, especialmente en el Sur profundo y en las periferias de la provincia Santo Domingo.
Pero aún en esas condiciones, esos colectivos salen de sus espacios macondianos a ovacionar de manera eufórica al candidato oficialista como queriéndole decir que ellos merecen algo más que Democracia y discursos.
Ellos al parecer, aceptan como bueno y válido lo que se ha venido haciendo hasta ahora, pero en sus ojos y rostros se evidencia que aún falta mucho por hacer, que necesitan más atención, dignidad y menos demagogia.
Hay que decir, que un pueblo que testimonia de esa manera el apoyo a un candidato y aún partido, lo menos que debe recibir de él, es su redención definitiva de la pobreza, marginalidad y estado de postración absurda en que se encuentra sumido una gran parte.
Este pueblo blanco, como escribiera el poeta español, Antonio Machado, necesita otra luna, es merecedor de la fortuna.
Repito, un pueblo que delire así por un partido político, un proyecto de nación y un candidato a la reelección como lo es en este caso, el Presidente Danilo Medina, merece algo más que Democracia y votar cada cuatro años.
Por Alberto Quezada/alberto218@gmail.com. Autor es periodista y magíster en Derecho y Relaciones Internacionales. Reside en Santo Domingo. 20103/2016.
