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Hay que cuidar los ojos en Navidad

bohechiodigital@gmail.com--16/12/2013---La Navidad es época de celebración y regocijo compartidos; pero también es un tiempo en el que se multiplica el riesgo de accidentes y sucesos violentos, especialmente de aquellos que pueden afectar la visión. Y por ello hay que estar preparados, enfatiza el retinólogo Juan Lorenzo Ubiera, de la Fundación Centro Láser. 

Es necesario tomar medidas de precaución para evitar que los excesos en la ingesta de alcohol, la velocidad e intolerancia en la conducción de vehículos de motor, la violencia y el uso de fuegos artificiales puedan teñir de tragedia la fecha festiva. 

 La primera medida es tener ubicados los teléfonos de los médicos de confianza o de cabecera, entre ellos el de un buen oftalmólogo; así como establecer una vía rápida hacia el establecimiento público o privado de salud al que se acudirá en caso de emergencia. “Un accidente mal manejado puede acarrear secuelas irreversibles”, expone Ubiera. 

En caso de traumas ocasionados por accidentes o agresiones, no se debe manipular un ojo impactado por cuerpos o partículas extrañas, ya que su contenido puede prolapsar, es decir, ser vertido hacia afuera”, agrega. 

El retinólogo de Centro Láser recomienda no manipular, ejercer presión ni retirar del ojo de la persona afectada ningún tipo de partículas u objetos. “Lo apropiado es parchar el ojo con un vaso higiénico desechable al cual se le quita el fondo y se fija a la cabeza con cinta adhesiva, para crear una barrera y evitar el contacto con cualquier superficie”. 

Si el ojo ha sufrido una quemadura o ha sido salpicado por sustancias irritantes, “es preciso lavarlo con abundante agua. No es necesario ningún tipo de solución, sólo agua. 

La desorganización, la manipulación indebida y el uso de remedios caseros complican los casos”. En Navidad –refiere el oftalmólogo- suelen aumentar los atracos en los que se hace uso de amoníaco, ácido del diablo, lejía y otras fórmulas cáusticas para rociar a las personas, cuyos ojos deben ser lavados con agua en grandes cantidades para disipar el calor y arrastrar la sustancia irritante. “La persona accidentada o atacada debe ser trasladada inmediatamente a un centro de salud adecuado. 

En el país hay una infraestructura de servicios oftalmológicos avanzada, compuesta por instituciones públicas, privadas y mixtas, como la Plaza de la Salud, Cecanot, el hospital de Los Americanos y la Fundación Centro Láser, entre otros”. 

Lo ideal es que la persona afectada reciba atenciones dentro de la primera hora de ocurrido el suceso, para evitar infecciones y protrusión del contenido ocular; y que reciba tratamiento adecuado, ya que un personal sin entrenamiento y el uso de materiales inapropiados pueden empeorar el daño, acota. 

Secuelas Las varillas, montantes, “tumbagobiernos”, volcanes y otros fuegos artificiales pueden, literalmente, destruir los ojos. Las chispas de la aparentemente inocua “pata de gallina” pueden alcanzar los 1,500 grados Fahrenheit, una temperatura que derrite el oro. “No se debe estar a menos de 500 metros del lugar donde se manipula fuegos artificiales. Esto es, a una cuadra de distancia. 

Los fuegos artificiales pueden provocar todo tipo de daño: trauma ocular penetrante, desgarro de la pared ocular, vaciado del contenido del globo, cicatrices en la córnea o pérdida total del ojo”. Igualmente, pueden provocar “heridas en la pared ocular, luxaciones o salida del cristalino, catarata por golpe violento y desprendimiento de retina”. Otra amenaza a la salud ocular en Navidad es la ingesta de alcohol clandestino o metílico, el cual puede producir ceguera irreversible. 

El abuso del alcohol etílico normal, provoca, a su vez, pérdida de reflejos en la conducción automovilística y en la manipulación de armas de fuego, con resultados funestos. Y, no menos importante, la violencia producto de la delincuencia o la intolerancia resulta en botellazos, palos, trompones, batazos y otras agresiones, por lo que Ubiera recomienda tolerancia, prudencia y autocontrol, a fin de que la Navidad transcurra con alegría.