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Los familiares de los presidentes y sus influencias

bohechiodigital@gmail.com...“A lo que nada nos cuesta, hagámosle fiesta”, reza un conocido e inofensivo refrán que se usa en República Dominicana, territorio donde no hay dinero para cubrir los servicios elementales; sin embargo, familiares y amigos cercanos a los presidentes que ha tenido el país lo cumplen a plenitud, derrochando los recursos del Estado, en detrimento de un pueblo de por sí maltratado. 

 Además, este tipo de personas tiene gran influencia y poder de convencimiento, al punto que han quitado y quitan, o ponen funcionarios a su antojo. Algunos hacen una buena labor; pero, otros se llenan los bolsillos de dinero de la mejor manera: “Sin dar un golpe, ni de karate”. 

 En círculos de discusiones se habla de que los primeros días de un Gobierno son cruciales para determinar, o presumir, cómo podría terminar ese periodo presidencial, sobre todo cuando familiares del Presidente tienen el poder para agenciarse las mejores posiciones en la administración pública. 

Los cuatro últimos gobiernos que han pasado por la República Dominicana (Joaquín Balaguer, Leonel Fernández, Hipólito Mejía y el actual de Danilo Medina), se han caracterizado por contar con muchas personas que no hicieron su trabajo y salieron de los cargos con mucho dinero, otros se dedicaron en cuerpo y alma a su labor. 

 Los tiempos de Balaguer Dicen que durante los gobiernos de Balaguer, su hermana Emma era “ley, batuta y constitución”, dirigiendo todos los programas sociales de aquella administración mediante la “Cruzada de Amor”, institución de beneficencia para los pobres. 

 “Doña Emma siempre estuvo muy activa durante los mandatos de su hermano, inclusive, cuando Balaguer perdió de don Antonio Guzmán, en el año 1978, le echó la culpa a ella, afirmando que ésta no había hecho su trabajo”. 

 Agregó que: “Emma nombraba funcionarios, también los quitaba y si alguien le caía bien, siempre andaba con ella y hasta lo enganchaba a la Policía, o el Ejército, sin que pasaran por ningún centro de formación”. 

La dama fue candidata a senadora por Santo Domingo, señalada al dedo por su deudo. Don Antonio Antonio Guzmán Fernández fue Presidente de la República durante el periodo 1978-1982, y su gobierno se caracterizó por ser uno de los mejores de la historia del país; pero, algunas cosas no andaban bien, a tal punto que éste decidió “solucionarlas” quitándose la vida de un disparo en el Palacio Nacional. 

 Según datos recopilados en la web, una de las principales causas del suicidio de Guzmán Fernández se debió a los rumores de que hacia el final de su mandato se hallaba agobiado por diversos problemas de Estado, además de las constantes acusaciones de actos de corrupción en los que supuestamente habrían incurrido algunos de sus funcionarios de mayor confianza, entre ellos su propia hija Sonia Guzmán de Hernández, dama con mucho poder dentro del Gobierno. 

 El esposo de Sonia, José María Hernández, secretario de la Presidencia durante el Gobierno de Antonio Guzmán Fernández, era quien daba el visto bueno a los nombramientos de todos los funcionarios, recomendaba para cargos y manejaba a su antojo las entidades del Estado. Don Antonio tuvo otros dos hijos, Liliam Guzmán Gómez, de su primer matrimonio, quien ocupó una importante posición en el Gobierno, e Iván, fallecido en un accidente de tránsito en 1970. 

 Jorge Blanco El desastre del Gobierno de Salvador Jorge Blanco (1982-1986), 26 años después, aún pesa sobre el pueblo dominicano, debido al mal manejo de la cosa pública, por lo cual fue condenado a veinte años de prisión domiciliaria. Se sabe que Salvador nombró a su esposa, Acela Mera de Jorge, candidata a senadora, sin pasarla por el escrutinio de la bases del PRD.

 En el caso de Jorge Blanco, junto a Manuel Antonio Cuervo Gómez, exsecretario de las Fuerzas Armadas, y cercano colaborador, quienes debieron enfrentar acusaciones de malversación de fondos. Siglo XX En este siglo también ha sido constante la influencia que han tenido los parientes y amigos más cercanos de los presidentes: Hipólito Mejía (2000-2004), uno de sus hijos tuvo un importante cargo en la Junta Monetaria y es conocido que los demás “hacían sus cositas apoyados por el Presidente, su padre”.

 El cuñado de Mejía, Sergio Grullón Estrella, fue secretario de la Presidencia, el misma puesto ocupado por el yerno de Guzmán Fernández, y su esposa, Chabela, hermana menor del mandatario, quien era directora del Consejo Nacional para la Niñez (Conani). 

Hasta donde se sabe, ambos realizaron una encomiable labor. En otro caso más cercano llegamos hasta los mandatos de Leonel Fernández, donde su esposa, la primera dama y actual vicepresidenta, Margarita Cedeño, ostentaba mayor poder en el despacho que dirigía que los más importantes ministerios del Estado.

 La gestión de la compañera del Presidente llegó a hacer competencia con las secretarías de Salud Pública, Obras Públicas, Educación, Conani y otras. Además, manejaba uno de los presupuestos más portentosos que podría existir y al cual se acostumbró muy rápido. 

El hijo de Fernández, Omar, se vio “tirado a la calle del medio” haciendo campaña; sin embargo, su juventud e inmadurez fue aprovechada por algunos vividores para pedirle el favor de presentarlos con el jefe de Estado, donde llegaban reclamando “su pedazo del pastel”. 

Otro caso muy sonado fue el de Nicol Fernández, hija mayor de Leonel, y sus amores con empresario Carim Abunabaá (prófugo de la justicia dominicana), quien tenía más escoltas que el propio Presidente. La pareja se pasaba la vida de “escándalo en escándalo”. 

 En la actualidad, quien gobierna la nación es el presidente Danilo Medina, el cual se ha presentado como “un hombre diferente” y de acciones concretas; pero, “la felicidad en casa de pobre dura poco”, pues éste tiene un hermano que pretende “gobernar” (nombrar funcionarios, otorgar obras y manejar los programas sociales), desde una oficina que ostenta en el exclusivo sector de Naco.

 ¿Verdad que así no es que se cambian las cosas? La República Dominicana tiene mala suerte con los presidentes que le han tocado y, sobre todo, con las progenies y allegados de estos, que quieren manejar el Estado como una parcela personal y hasta repartirse la herencia de un país que sigue muy vivo y necesitado. Segun el dominicanohoy.