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¡Las autoridades, las autoridades!

“Aquí da vergüenza vivir… quien pueda salir del país que se vaya”, fue la expresión del alcalde de Nigua, San Cristóbal, Mélido Pérez, hermano de Pascual Pérez (Cutá), asesinado en su cama, enfermo. 

Al margen de las causas que motivaron ese crimen tan brutal, sea el robo o lo que fuere, el hecho es que la ex estrella del béisbol cae en la vorágine de violencia, de la que nadie está a salvo. 

Esa situación provoca tanto miedo y rechazo, inseguridad colectiva y el inevitable e inconsciente fenómeno espejo. Todo el mundo se ve en la víctima. A cualquiera le puede pasar. Se indigna la gente con los asesinos desalmados, los que matan por nada, que andan en todas partes, en la búsqueda de la próxima presa. Esos criminales merecen todo el peso de la ley. 

La que raramente llega, porque los organismos de prevención o represión no resultan siempre asertivos, o porque cuando pegan con los verdaderos responsables de un delito, entonces estos se salen con las suyas, sea por los tecnicismos legales de siempre, fraudes, triquiñuelas instrumentadas por abogados inescrupulosos, complicidad de alguna clase de autoridad judicial o policial, en fin, por las falencias del sistema. 

Y cunde el sentimiento de inseguridad e indignación, como el que invade al hermano de Cutá Pérez, que grita que quien pueda irse de este país “que nos avergüenza, que se vaya”. Y en su dolor, no le falta razón. Hay que saber el cuadro que desata la violencia. Frustración y en muchísimos casos, traumas. 

Imagínense al niño, al hijo del fiscal Omar Eduardo Álvarez Rodríguez, que destrozado, desconcertado, mira a su padre inerte en un ataúd, el mismo que horas antes le había pasado su mano por la cabeza cuando lo dejaba en la escuela. ¡Cómo reparar todos esos traumas que están afectando a la sociedad dominicana! Las autoridades tienen que ser garantes de la seguridad. Editorial del diario El Caribe.

 Luto por la muerte Pascual -Cutá- Pérez 

 San Cristóbal. Tras una vida de éxitos en el terreno de juego y turbulenta fuera de él, Pascual (Cutá) Pérez terminó ayer asesinado a manos de supuestos delincuentes que penetraron a su residencia en Nigua.

Tras la noticia, peloteros, comunitarios, amigos y allegados se presentaron a la escena para ver lo ocurrido y brindar su apoyo a la familia Pérez. 

Algunos se mostraron consternado por la situación, que según explican es el reflejo de la inseguridad que diariamente tienen que enfrentar. 

Siempre con un temple fuerte, sus hermanos, también peloteros, sostuvieron que los agresores de su pariente parece que fueron en busca de unos RD$10 mil pesos que le habían entregado como ayuda en el ayuntamiento y/o posiblemente manejaban la información de que en estos días recibiría la pensión ascendente a unos cuatro mil dólares que recibe de las Mayores de 1980-1991 cuando militó con los Piratas de Pittsburgh, Bravos de Atlanta, Expos de Montreal y Yankees de Nueva York, mientras que en la pelota invernal accionó con las Águilas Cibaeñas y los Tigres del Licey. 

El lugar se inquieta con los llantos de Maritza Montero, quien presintió que algo raro sucedía, cuando, como de costumbre, al llegar a la residencia de su expareja en horas de la mañana encontró las puertas abiertas. “Yo lo encontré en su cama, él estaba tendido…”, el dolor no le permite coordinar las palabras, empieza a llorar y prosigue narrando. 

“No había nada roto, la puerta estaba abierta, y yo le dije, cómo tú abres las puertas y te quedas dormido. Cuando lo muevo, lo llamo, lo llamo y lo llamo… le haló la sábana…y está empapada de sangre…Yo no toqué nada solo a él.

 La ventana también la encontré abierta y eso no era normal…”, termina diciendo nerviosa, mientras su hijo la consuela y la escolta fuera del lugar. Montero pasaba parte del día en la casa de Cutá, lo cuidaba, y se iba por las noches, justo ayer lo dejó solo mirando el juego de béisbol. La modesta habitación donde estaba el cuerpo sin vida de la víctima, lucía desordenada, las sabanas revueltas, los zapatos a un lado, y las gavetas fuera de lugar, lo que denota que quienes estuvieron allí requisaron todo.

 Tras largas horas de espera, la médico legista que inspeccionó el cadáver, Bélgica Nivar, dijo que Cutá tenía “una herida traumática en la región del cráneo, fronto temporolateral izquierda. “Son heridas traumáticas donde encontramos evidencia de un arma blanca con un arma contusa”. La especialista habló alrededor de las 12:00 p.m. de ayer e indicó que Pérez tenía de ocho a diez horas muerto. 

En la escena del crimen se encontró un arma blanca, y un martillo. Una tragedia familiar Mélido Pérez jamás pensó que acabándose de levantar la primera noticia que recibiría era la muerte de su hermano. “Lo que está pasando en este país es tremendo, nadie está seguro en este país, es horrible lo que está pasando”, manifestó.

 El también exjugador de las Águilas Cibaeñas tenía problemas de salud. Tenía que dializarse tres días a la semana, justo ayer había programado el proceso. Sus dificultades jamás pudieron opacar su alegría y el estilo único que lo llevó a ganarse el corazón de miles de fanáticos y de los miembros de su comunidad. “A veces tú vives dentro de los ladrones, estás conviviendo con los delincuentes”, dijo Valerio Pérez otro de sus hermanos.

 De su lado, Carlos Pérez pidió a las autoridades ponerle frente a la situación, tras narrar que hace unos días intentaron asaltarlo, tuvo la oportunidad de disparar y no lo hizo, pero…” no se puede tener compasión con la delincuencia. A los delincuentes hay que eliminarlos”. 

No descartó que a su hermano lo asesinara una persona conocida, que le estuviera dando seguimiento y lo vieron como una presa fácil. Quería presenciar un partido del Licey Vladimir Pérez, también exlanzador, jamás imaginó que una de las últimas cosas que le diría su hermano sería: “voy a ver el juego del Licey porque están perdiendo muchos partidos, yo voy a ver el juego del Licey, pa´ ver qué es lo que está pasando. 

Yo quiero que el Licey gane un juego”. Ayer, previo al inicio del partido, las banderas de las Águilas Cibaeñas y los Tigres del Licey estuvieron a media asta. Asimismo, hubo un minuto de recordación a su persona y la música que usualmente se coloca en el estadio no fue escuchada por los parroquianos que estuvieron presentes en el estadio.



-La trágica muerte Pascual  enlutó al deporte nacional.
Cutá Pérez fue encontrado muerto ayer en su residencia en Nigua, San Cristóbal, con tres golpes contusos en el área de la cabeza.
La médico legista Bélgica Nivar en su reporte señala que el exlanzador presenta una herida traumática en la región izquierda del cráneo.
Mientras que el representante del Ministerio Público en la zona, Joel Baldemiro Peña, no definió los motivos para quitarle la vida a Pérez, aunque adelantó que el hecho, por sus características,  puede ser calificado como un “acto de asesinato con premeditación”.
 Carisma como jugador
Cutá Pérez sobresalió como uno de los jugadores más carismático en la historia del torneo de béisbol profesional del país y de las Grandes Ligas.
Pérez se caracterizó por ser un lanzador de excelente repertorio, destacándose un cambio de velocidad fuera de serie que llamaba el “Cutá Ball”. Encima del montículo era muy extrovertido, donde disfrutaba en gran forma cada ponche que propinaba, especialmente cuando era para cerrar una entrada.
En su forma de lanzar nunca pisaba la raya la cal -de primera o tercera- dependiendo el dugout que le correspondía y al terminar una entrada salía corriendo velozmente.
 Su carrera
Cutá Pérez fue firmado por Pablo Neftalí Cruz para los Piratas de Pittsburgh en 1976. Debutó en las Grandes Ligas en 1980 y se mantuvo con ellos hasta 1981. En 1982 fue cambiado a los Bravos de Atlanta. Posteriormente lanzó para los Expos de Montreal y los Yanquis de Nueva York.
En la pelota local militó por 12 temporadas con las Águilas y el Licey, siendo un pitcher muy aclamado.
Lamentan su muerte
El presidente de las Águilas Cibaeñas, Winston-Chilote-Llenas, dijo que todos en esa franquicia están muy apenados por la forma en que Pascual Pérez murió.
 “En las Águilas Cibaeñas estamos de duelo por la muerte de Cutá Pérez, quien dejó gratísimos recuerdos en la historia de nuestro equipo”, dijo Llenas, quien añadió que se unen al dolor de sus familiares y amigos.
  Para  Miguel Diloné la muerte trágica de Pascual Pérez es algo muy doloroso.
“Es penoso lo que está sucediendo con la delincuencia en nuestro país, que al parecer está disfrutando de matar a las personas”, manifestó Diloné, quien hace poco perdió a su madre tras ser asesinada por unos desalmados. Diloné dijo que lo penoso es que quienes asesinan a personas indefensas como estaba Cutá y su madre son gentes conocidas.
La Liga de Béisbol Profesional de la República Dominicana (Lidom) lamentó ayer  la muerte del exlanzador Pascual -Cutá- Pérez, quien perdió la vida en un intento de atraco en su residencia ubicada en Nigua, San Cristóbal.
 Pérez tenía 55 años al momento del hecho y sufría de serios problemas   renales. Destacan que fue miembro de una prolífica familia de beisbolistas, que incluye, a sus hermanos Carlos, Mélido y Vladimir. Su paso por el béisbol dominicano inició en   1977-1978, lanzando con las Águilas Cibaeñas.