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Bohechío.-Los políticos del patio han introducido en las campañas electorales dos ingredientes que nada tienen de políticos y, en cambio, han contribuido a la ocurrencia de sucesos lamentables.
El reparto de bebidas alcohólicas entre militantes políticos, para estimularlos a asistir a manifestaciones y caravanas, es una vieja práctica imprudente que debe ser desterrada. Y las armas de fuego puestas en manos de activistas poco diestros no son menos riesgosas.
Contra esas prácticas ha predicado el presidente de la Junta Central Electoral en una reunión que sostuvo con dirigentes de partidos políticos, a los que hizo recomendaciones para que eviten las armas y las bebidas alcohólicas en la campaña electoral.
Los dirigentes políticos harían muy bien en acoger estas recomendaciones, para tranquilidad de una sociedad que quiere un proceso electoral en paz. Según editorial del diario digital Hoy.
