Bohechío.-Si Hubieres hiciera una encuesta sobre su perdigonazo, se daría cuenta de que la gente no aprueba su lucha y tampoco lamenta su herida. Y no porque sea inhumana ante la injusticia ni indolente ante el sufrimiento ajeno, sino que la reacción rápida y quemante revela fastidio.Por ejemplo, la que le hace a cada rato a los usuarios de su servicio de guaguas, haciendo paros sorpresas, no puede provocar solidaridad. No es la oligarquía ni los funcionarios del gobierno quienes no llegan a tiempo a sus lugares de trabajo, sino los infelices que dice representar.
Tener que pagar carros cuando usted sale con lo de la guagua es algo imperdonable. Mucho más cuando pagan justos por pecadores.
Las autoridades nombraron una comisión para investigar los hechos, y eso se quedará en el titular de la noticia, pues a Hubieres se le tiene miedo, a pesar de que se ampara en sus propias fuerzas, una pandilla de tigueres que en cada oportunidad hacen y deshacen, sabiendo que su jefe está por encima de la ley y que nadie se atreve a desafiarlo. Ni que fuera el verdadero Ché. Fuentes: Diario Libre.
