Las lluvias del huracán “Irene” han resultado una verdadera calamidad para varias provincias del sur, que ameritan de una urgente respuesta del Gobierno para la reconstrucción de infraestructuras dañadas y para la recuperación agrícola.
En San José de Ocoa, particularmente, la devastación ha sido ostensible, igual que en nuestro vecino Padre Las Casas.
Las cosechas de los principales rubros se ha perdido casi por completo, y puentes, vías de acceso, postes de redes eléctricas también quedaron averiados y muchas comunidades siguen aisladas a causa de los desbordamientos de ríos y cañadas.
En San Cristóbal, centenares de familias han sufrido la pérdida de ajuares y otras pertenencias con los furiosos desbordes de los ríos Nigua y Haina, que han dejado por igual un saldo de infraestructuras de comunicación seriamente deterioradas.
En otras partes del país, los efectos del huracán “Irene” se asemejaron en cuanto a incomunicar a poblados, en inundar extensas plantaciones de cultivo, paralizar el tránsito y las demás actividades productivas y dejar a la intemperie o en trance de desplazamiento forzoso a millares de ciudadanos.
Todavía no es posible cuantificar los daños ni mucho menos presupuestar lo que se necesita para ir en rápido auxilio de esas provincias, pero no dudamos de que el Gobierno hará todo cuanto esté al alcance de sus posibilidades para restablecer la normalidad y apoyar a los sectores productivos perjudicados en sus esfuerzos de recuperación, Listín diario digital.
