Haití.-El inminente retorno del ex presidente Jean-Bertrand Aristide ha generado un nerviosismo tal que preocupa al presidente norteamericano Barack Obama y a los organismos multilaterales. Hasta su ex primer ministro, el actual presidente René Preval, ha llegado al extremo de vincular a sus seguidores con el narcotráfico.
Todos, los de fuera y los de dentro, han dejado saber de sus temores en el sentido de que la simple presencia de Aristide aborte el proceso electoral en marcha por la onda expansiva de un liderazgo que cuando pretenden negarle cuanto hacen es admitir y resaltar.
Para Obama no bastaron los mensajes dirigidos a Haití por vía de sus representantes, más aún después de percatarse que resultaron infructuosos, sino que directamente gestó ante el presidente sudafricano Jacob Zuma la colocación de obstáculos para evitar la salida de Aristide rumbo a la tierra que le vio nacer.
El presidente Obama, expresó a su par sudafricano, Jacob Zuma, su "profunda preocupación" por el retorno del ex jefe de Estado haitiano Jean Bertrand Aristide a su país de origen, informó este jueves la Casa Blanca, dice un cable informativo de la agencia Efe.
Fruto de sus “instrucciones” los candidatos presidenciales Joseph Michel Martelly y Mirlande Hyppolite Manigat mantuvieron el discurso de que el ex sacerdote salesiano debería retornar a Haití después de las elecciones.
