Complace que la construcción de la presa de Palomino, en Bohechío, no haya sido paralizada ni que tampoco se cancelara a más de 500 obreros.
No se entiende, claro está, la razón por la cual se denunció tropiezos en una obra cuando según sus constructores todo está a pedir de boca.
Si todo está bien, como han garantizado ejecutivos de la compañía Odebrecht, perfecto. Pero sin duda que algo hubo para que se denunciaran problemas en la construcción de la presa.
La presa de Palomino persigue aumentar el flujo de energía hidroeléctrica y mejorar la irrigación agrícola de la zona. En la región hay muchas expectativas con una obra que según la firma Odebrecht está supuesta a entrar en operación este año. La conclusión total está proyectada, sin embargo, para 2011.
La seguridad de que no ha habido inconvenientes representa un bálsamo para decenas de trabajadores y para las comunidades que esperan beneficiarse con la construcción de la obra.
Sólo se espera que así sea, pues el agua y la electricidad serán siempre perentorios.